Alicia es la danza

Con apoyo en esa frase antológica del poeta y escritor Eliseo Diego (1930-1994), Premio Nacional de Literatura, y como parte de los homenajes por el centenario del natalicio de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso (1920-2019), he decidido evocar la vida y la obra de quien fuera columna vertebral de la Escuela Cubana de Ballet (ECB), una de las mejores del orbe, y del Ballet Nacional de Cuba (BNC), Patrimonio Cultural de la Nación.

Alicia registraba en su archivo mnémico los más íntimos secretos que la acompañaran en el fascinante mundo del arte danzario, donde ella se convirtiera por derecho propio— enuna verdadera leyenda, rodeada de música, danza, poesía, luz y color.

La eximia ballerina destacaba los valores ideo-estético-artísticos, culturales, humanos y espirituales que se podían descubrir mediante la práctica dancística. Y cómo el bailarín debe dominar, no solo la técnica académica (requisito sine qua nonen el contexto del ballet clásico), sino también el arte de la interpretación teatral, así como  intelectualizar y espiritualizar esos indicadores fundamentales en que se sustenta —básicamente— el arte de las puntas, porque para alcanzar el virtuosismo técnico-interpretativo en el ballet clásico, hay que entregarse a su ético ejercicio en cuerpo, mente y alma, como ella lo hiciera durante su fecunda trayectoria vital.     

Entre otros temas de puntual interés, Alicia vuelve la mirada hacia los orígenes, ya que está muy consciente de que «quien no conoce la historia del ballet, no conoce el ballet mismo»; por esa razón, es indispensable conocer —en nuestra plataforma insular— la historia del Ballet Alicia Alonso, y después de la alborada revolucionaria, BNC, devenido una de las mejores agrupaciones danzarias, a escala internacional.

Otro capítulo sustancioso en la historia de vida de esa genial maestra, bailarina y coreógrafa cubana ciento por ciento, es el relacionado con las conversaciones que estableciera con los colegas de la prensa nacional y foránea, quienes perciben la entrevista periodística como un «pie forzado» que se le ofrece al interpelado para que este se desarrolle desde los puntos de vista artístico-profesional, intelectual, humano y espiritual; en consecuencia, sea capaz de mostrarnos una «radiografía psicológica», no solo de Alicia como artista, caracterizada —en esencia— por la integralidad e integridad que la identificaran en cualquier escenario del mundo, sino también como ser humano único e irrepetible.

Por último, me agradaría finalizar con una frase antológica de Alicia Alonso, en respuesta a una pregunta formulada por el poeta, escritor y cantautor Amaury Pérez Vidal, en el espacio televisivo Con dos que se quieran:

«Voy a vivir doscientos años. No sé si es suerte o no, porque quiere decir que estaré insistiendo doscientos años en la cultura de Cuba, en la cultura del mundo entero, en relación con lo que es la danza, y en especial, el ballet».

¡Gloria eterna al alma noble y buena de Alicia Alonso, cuyo recuerdo vivirá en la memoria poética de la humanidad a través de su Giselle, única e irrepetible!

Publicado Por: Jesús Dueñas Becerra

Jesús Dueñas Becerra. Ejerce como colaborador la crítica artístico-literaria y el periodismo cultural en varios medios nacionales de prensa, en especial, en la emisora de la familia cubana: Radio Progreso. Su actividad fundamental es la crítica de danza y cinematográfica, así como las artes escénicas y las artes plásticas.

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