El centenario del natalicio de Bartolomé Maximilano Moré es festejado en su rincón querido de Santa Isabel de las Lajas, su pueblo marcha en peregrinación hasta la tumba que atesora los restos de quien nació un 24 de agosto; pero en 1919 en el barrio de Pueblo Nuevo de ese municipio cienfueguero, poco después la familia se mudó para el humilde barrio de la Guinea, donde transcurrió su infancia.
Que tuvo una gran influencia en su carrera como músico, gracias a la existencia del Casino de los Congos, sociedad fundada en el Siglo XIX por un grupo de congos libertos, en la cual Benny Morè acaricio por primera vez el cuero de un tambor y donde cada año lo recuerdan con el toque de Makuta.
A pesar de su muerte, Maximiliano Bartolomé Moré Gutiérrez, continua actuando para su pueblo no sólo en la eternidad de los adelantos tecnológicos de la grabación, el cine y la televisión, pues ha tomado forma en bronce y se pasea por el Prado, para orgullo de los cienfuegueros.
Allí en Prado y San Fernando está la escultura del Bárbaro del Ritmo, no apoyada en un pedestal, sino de pie con el rostro al nivel de las miradas de los que se cruzan a su paso.
Parece caminar con la música del quehacer cotidiano y los anhelos, alegrías y tristezas de los cienfuegueros, al andar por la principal vía sureña como un transeúnte más perpetuado en una escultura del creador José Villa Soberón, que rompe con esquemas tradicionales para insertarse en el entorno con un lenguaje eminentemente comunicativo.
La figura del inolvidable Benny mantiene una relación cómplice con la ciudad que más le gustó, con su tradicional actitud, el sombrero y el bastón, con una altura de 1.82 metros y 300 kilogramos de peso,
Verlo en el Prado de Cienfuegos, reafirma la admiración por tenerlo tan cerca, explosivo, sentimental, melodioso como nadie, con su probada cubania y patriotismo
Junto a él, los cienfuegueros efectúan cada año actividades para festejar su cumpleaños y rendirle homenaje, en esta ocasión por el centenario de su natalicio, como parte del programa de acciones artísticas culturales organizado en su Rincón querido de Santa Isabel de las Lajas y en la Perla del Sur.
Los palmireños, también le rinden homenaje al Sonero Mayor, pues tienen el triste privilegio de que su pueblo fue testigo de la última actuación en publico de Benny, quien ya enfermo fue a cumplir con el compromiso que tenia de cantar para ellos, en la noche del 16 de febrero de 1963, en Palmira tuvieron que rogarle para que terminará y tres días después falleció en la capital cubana.