María es una señora que cumplió hace poco 82 años, ¡cuánta experiencia acumulada! Ella recuerda como si fuera hoy cuando el pueblo se reunió en la explanada de antiguo Palacio Presidencial y Fidel convocó a la creación de una organización que vigilara la tranquilidad de cada cuadra, frente a los continuos ataques y provocaciones de grupúsculos de la contrarrevolución.
En su memoria permanecen frescas aún aquellas primeras noches de guardia cederista, en las que era peligroso andar por la calle, porque de cualquier balcón, sin previo aviso tiraban piedras, latas o botellas.
Cuenta que incluso pasaban papeles amenazantes por debajo de las puertas de las familias cederistas para amedrentarlos y que no hicieran las guardias, porque al principio eran solo cuatro o cinco casas las que pertenecían a los CDR, no era masivo como ahora.
A continuación su propia voz, la historia de vida de María de la Caridad Domínguez, una cederista de pura cepa.