En el mundo hay más de 476 millones de personas de los pueblos indígenas y tribales asentados en 90 naciones, y para los cuales se han estatuido una serie de legislaciones orientados a garantizar sus derechos e ir a la reducción de los niveles de inequidad aún existentes respecto a sus homólogos no indígenas, pero hasta aquí no ha sido suficiente.
El hecho de que aún se ejecuten prácticas de marginación social y política, la expulsión de sus tierras y la denigración de sus culturas e idiomas conllevan a afirmar que ni las disculpas, ni los esfuerzos por la reconciliación a lo interno de los países logran allanar el escabroso camino hacia un reconocimiento de respeto e inclusión entre iguales.

A nivel internacional la jurisprudencia de las cortes de derechos humanos, la Declaración de las Naciones Unidas en ese ámbito o la creación de órganos asesores como el Foro Permanente para abordar las cuestiones vinculadas a los pueblos originarios, solo representan una parte del asunto, y en realidad evidencian la necesidad de otro tipo de mecanismo más práctico e inclusivo como un nuevo contrato social.
Con la premisa de No dejar a nadie atrás, la Organización de las Naciones Unidas incentiva el rediseño de un nuevo contrato social como expresión de cooperación por el interés y el bien común de la humanidad y la naturaleza, pues el anterior no los tuvo en cuenta y fue concebido por las poblaciones dominantes.
Según expresan los preceptos del nuevo acuerdo de las sociedades para la cooperación, se pretende lograr el fomento de la igualdad de oportunidades y respeto de los derechos la dignidad y la libertad de todos, inclusive el derecho de los pueblos indígenas a intervenir en actividades decisoras como un componente clave para alcanzar la reconciliación entre los originarios y los Estados.

Es por ello que este 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas, las ONU insta a reivindicar la inserción, participación y aprobación en la constitución de un sistema con beneficios sociales y económicos para todos.
Mientras, el Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas organiza una conmemoración virtual donde los panelistas comentarán qué se debe considerar a la hora de rediseñar un nuevo contrato social en donde las formas de vida y de gobernanza de los pueblos indígenas sean respetadas a través de un sistema participativo e inclusivo que cuente con el consentimiento previo e informado de esas poblaciones
En tanto, la Unión Europea a través de su Alto Representante de la Política Exterior, emitió un comunicado donde refieren sumarse a las Naciones Unidas en la convocatoria de un nuevo contrato social donde nadie se quede atrás, a través de una recuperación pospandémica equitativa en todas partes, que garantice el respeto, la protección y el cumplimiento de los derechos de los pueblos indígenas.
También en conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas ONU Mujeres se adhiere hoy al pedido de formalizar un nuevo contrato social que permitirá construir un mundo orientado al futuro, equitativo y centrado en los grupos más marginados pues, el legado actual de políticas excluyentes, sub representación en la toma de decisiones y corrupción en la gestión de la tierra y los recursos naturales en muchos países significa que los pueblos indígenas continuamente deban afrontar una vida de pobreza, exclusión y discriminación.
Aunque los derechos fundamentales de los originarios son reconocidos, todavía es insuficiente porque en todo el mundo ellos continúan buscando el reconocimiento a sus identidades, su derecho a las tierras, territorios ancestrales y recursos naturales tradicionales convirtiéndose hoy día en uno de los grupos de personas más desfavorecidos a nivel global
La comunidad internacional reconoce lo relevante que resulta en la actualidad proteger los derechos de más de 5.000 grupos indígenas y las medidas especiales que se requieren casi de manera inmediata y hacia ahí dirige las miradas con énfasis las Naciones Unidas.
