La mirada de un niño: su asombrosa magia (+Fotos)

Por: Maikel Chávez

Esta semana ha sido de mucha apreciación, de miradas diversas entre risas espontáneas y pensamientos en voz alta que me han hecho replantear el camino. La peña de Federico estuvo en La Habana Vieja, en una calle al aire libre el día 17 de abril y en el cine La Rampa con las luces y el brillo de la gran pantalla el 19, con una sala repleta de familias y en ambos sitios se creó la magia extraordinaria que viene de la mano de los niños.

Aún me sorprenden las reacciones de muchos que me hicieron vibrar y mirar el mundo con otra perspectiva: la niña que ante la entrega de un afiches de Federico y Pipo se echó a llorar de felicidad, la abuela que me esperó en las afueras del cine con sus nietos para prometerme que a partir de ahora vendrán a todas las peñas, la familia que vino desde Matanzas solamente para estar en la peña de Federico y cuando me lo dijeron emocionados en el escenario entre la multitud ávida de abrazos y fotos no tuve palabras para agradecer ese gesto, pero también las familias que en una calurosa tarde de sábado y con una ciudad llena de problemas de transporte, que desafiando la realidad e imponiendo la de ellos, la de ir en busca de una bocanada de aire fresco entre conocidos y nuevos por conocer se aventuraron a llegar desde sitios tan distantes como Guanabo, Arroyo Naranjo, La Lisa, Alamar, Guanabacoa…

Por si fuera poco había una niña con su mamá y una amiga esperándome sentada en la platea porque habían venido desde Pinar del Río y ya habían anotado la fecha del mes de mayo (sábado 17) para regresar.

Las manos arriba de casi medio cine cuando pregunté:¿Quienes son los que siempre vienen a La Peña? Bastaron para hacerme el nudo en la garganta que surge ante el descubrimiento de tantos amigos fieles. Los oyentes del programa de Radio Progreso (de lunes a viernes a las 5:00pm) que fueron para conocer a Fede. El dibujo que en la entrada me mandó una niña llamada Daniela con Dayana la violinista… Son muchos los colores y los matices que me sorprendieron en esta ocasión y que me hicieron pensar en el valor generador del arte cuando ves a un público tan diverso y a la vez tan unido en un mismo deseo: ser felices al menos en el tiempo que dura la representación.


Sobre la escena niñas y niños artistas mostrando lo mejor que saben hacer, unas bailando flamenco (Proyecto Sisu), otra cual gran bailarina de ballet clásico (Amanda Olivera), aquél burujón de niños cantando «qué suba la marea que la Caracola no va a parar» (Proyecto voces de coral Coraleando). Coloridos personajes, entrañable amigos acompañándonos (Pastosita, Raquel Mayedo). El equipo de realización revoloteando por todo el espacio como quien cuida y vela por el entramado de un convite al que estamos todos invitados y quieren que todo quede a la altura de las expectativas de los ahí presentes.


La estructura de la peña ha sido diseñada desde el inicio con un carácter mutante, capaz de adaptarse al instante en que estamos y según ante el público que estemos. Una galería de posibilidades en manos de las niñas y los niños, y en manos también de las familias diversas que nos acompañan. Por eso no es raro que en un mes como el de abril se le dedica a los Monumentos con la premiación del concurso titulado Los monumentos de mi localidad, y con ese pretexto se invite al estreno mundial del capítulo de Anita y Tareco dedicado a los Monumentos, y por si fuera poco se festejen los 70 años a los que arriba el Cine La Rampa, el próximo 23 de abril.

La emoción de los niños premiados y sus familiares me conmovió y a la vez me demostró que como dramaturgo estoy tensando las cuerdas de la historia que se representa en cada encuentro pensando en el público, en sus necesidades. ¡Qué lindo que la peña sirviera de escenario ideal para amparar la alegría de esos niños que motivados por el arte participaron en un concurso que invita a escribir cuentos y poesías y también a dibujar diversos sitios de la ciudad que a veces pasan desapercibidos!


Pensando en muchas cosas a la vez llegué a la conclusión de que la caracterización del personaje Federico Maldemar ha ido también cambiando en la medida en que el fenómeno de la comunicación ha ido enriqueciendo a ese ratoncito qué empezó siendo carmelita en 2008 cuando subió a escena en la obra Un mar para Tatillo y que en 2025 para FedeTV, la peña de Federico y la serie Cuentos para Federico es azul, azul y además se parece su accionar la de muchas niñas y muchos niños de la Cuba de aquí y ahora. Federico es como uno de ellos, y no es un niño terco o caprichoso, sino especial desde su concepción de la vida, y por eso se da el lujo de cantar porque vuelen mariposas, porque haya flores en un jardín, por la vida que nos toca y porque podemos ser felices.


Todo esto me lleva a una afirmación: los niños te enseñan a escuchar, y escuchar desde una actitud activa en la que te preguntas por qué hacen lo que hacen, ya que absolutamente todo su accionar está lleno de significados. Y este trabajo que hago desde hace muchos años para los niños ya sea en el teatro, la radio, la televisión, la literatura o el cine me ha demostrado que la principal herramienta es escuchar, y escuchar en estos casos es contar con el otro. A ratos te hacen pensar que quizá el adulto sea un niño empobrecido qué va perdiendo a medida que crece la capacidad de ver los infinitos matices que tiene el mundo, o lo que es aún peor, lo infinitamente infinito que es el universo.


Los niños me enseñan todo, que no existe método de enseñanza superior a la capacidad de aprendizaje de la mente humana. Me enseñaron a que cuando no funciona lo que tengo planificado, el error no está en el niño que mira y siente y reacciona, sino que el que debe modificar lo que estaba planeado soy yo, porque en definitiva de eso se trata mi entrega: de dialogar y en ese enriquecido intercambio redimensionar el mundo que habitamos en ese espacio de representación. En ese ejercicio a veces es importante callar para que hablen ellos porque es tu silencio, cuando su imaginación está en vuelo lo que conquista su voz.


Por lo pronto me quedo con esa magia infinita que se desata cuando una niña o un niño te regala su abrazo sincero, alegre, apretado y lleno de caminos que invitan a seguir soñando. Como siempre digo: El arte debe provocar renovados deseos de vivir, gracias a esas niñas, niños y sus familias diversas por renovar siempre la esperanza.

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Publicado Por: Radio Progreso

Radio Progreso es la emisora de radio cubana en idioma español. Fundada el 15 de diciembre de 1929, ofrece desde entonces programas musicales y culturales. El eslogan de Radio Progreso es La Onda de la Alegría

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