Contra el trabajo Infantil, no basta con sólo legislar

Para el año 2025 está previsto que se le ponga fin al trabajo infantil en todas sus formas, según aparece  plasmado en las metas de los Objetivos de la Agenda  del Desarrollo Sostenible de 2030, de la Organización de las Naciones Unidas.

Si bien los estados miembros dirigen las acciones a cumplir con tales propósitos aún los esfuerzos resultan  insuficientes, pues actualmente  en el mundo, millones de infantes  realizan labores peligrosas en las que son  sometidos a régimen de explotación  con  el consiguiente daño a la salud y a su desarrollo y bienestar integral.

Conocer que  en el orbe uno de cada 10 niños como promedio realiza tareas laborales concebidas para adultos insta a la comunidad internacional a sensibilizarse con una cuestión tan vital si pretendemos que  las generaciones futuras crezcan sanas e íntegras bajo la protección de quienes tienen la responsabilidad no sólo de legislar, sino de velar por el cumplimientos de leyes y resoluciones aprobadas para evitar que un flagelo como el trabajo infantil prolifere ante la vista de muchos.

El Día Mundial contra el trabajo infantil, es uno en el calendario y se marca el 12 de junio, así proclamado por la Organización de las Naciones Unidas, no obstante durante todo el año el énfasis debería estar puesto en la eliminación total de una práctica incompatible con el normal desarrollo de la humanidad.

Vale la observancia porque la actual  pandemia de COVID-19 de manera global ha conllevado a la aplicación de medidas restrictivas para aplanar la curva de casos positivos y fallecidos a causa de ese virus; ya las consecuencias en la economía  y el mercado laboral de los países impactan de manera considerablemente negativa en la personas y,  en los niños vulnerables la crisis puede empujarlos a condiciones más difíciles de trabajo  con el incremento de  más horas al día en disímiles  tareas muchas de ellas riesgosas.

Datos registrados por organismos de la ONU refieren que unos 160 millones de menores laboran y ante  esa problemática universal de tal magnitud como lo es el trabajo infantil, la mayor isla del Caribe bloqueada por más de seis décadas por el poderoso imperio yanqui o  juzgada en la euro cámara recientemente como violadora de los derechos humanos, puede con certeza mostrar al mundo que No por obra de la casualidad, ningún niño de los de cada diez que desde su más temprana infancia trabajan, es cubano.

La protección de los niños contra el trabajo infantil hoy y siempre se erige como un deber insoslayable de los gobiernos que deben mantenerse atentos a los principios que dieron origen a la Convención que resguarda los derechos de los  infantes. 

Publicado Por: Laudelina Manzano Bell

Periodista de Radio Progreso, que atiende el equipo de redacción del horario despertino para la programación informativa de la emisora de la familia cubana

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