Nunca creí que llamar al amor fuera considerado un delito, pues bien algunos no quieren escuchar esa palabra; de ningún modo, ahora resulta que es demasiado dulce o demasiado suave para ciertos cibernautas. La palabra de orden es fuego, y el amor acaba sobrando.

Comentario: Reinaldo Cedeño
Like (0)