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En la madrugada de hoy falleció en La Habana el profesor Eduardo Torres Cuevas, revolucionario cabal, militante del Partido Comunista de Cuba y trabajador incansable por la cultura, la historia y la educación del país.
Director de la Oficina del Programa Martiano y presidente de la Sociedad Cultural José Martí, Torres Cuevas fue un intelectual de vasta trayectoria. A lo largo de su carrera, desempeñó múltiples responsabilidades institucionales: presidió la Academia de la Historia de Cuba, dirigió el Centro Interdisciplinario para el Desarrollo de las Ciencias Sociales —Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz— de la Universidad de La Habana, y fue presidente de la Alianza Francesa de Cuba.
Torres Cuevas, quien nació el 4 de septiembre de 1942, era Doctor en Ciencias Históricas, Profesor Titular de la Universidad de La Habana e Investigador Titular. También impartió cátedra en diversas universidades del país y en importantes centros de estudios internacionales.
Entre 2007 y 2019 dirigió la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí y su revista homónima, espacio desde el cual impulsó el acceso al conocimiento, la investigación histórica y la difusión del pensamiento martiano. Además fue Miembro de Honor de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC).
Fue diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular por el municipio de Santiago de Cuba desde 2008 hasta su fallecimiento, y miembro del Consejo de Estado de la República de Cuba entre 2019 y 2023.
Intelectual multifacético, era miembro de número de la Academia Cubana de la Lengua, director de la editorial Imagen Contemporánea, fundador y director de la revista Debates Americanos, y creador de la Cátedra Voltaire, un espacio de colaboración académica entre la Universidad de La Habana y la Embajada de Francia en Cuba. Asimismo, presidió la Cátedra Interdisciplinaria de Estudios Históricos de la Masonería Cubana Vicente Antonio de Castro.
El profesor Eduardo Torres Cuevas deja un legado intelectual profundo, marcado por el rigor, la ética revolucionaria y el amor a Cuba. Su ausencia será sentida en el mundo académico, cultural y político del país.
(Con información de la Agencia Cubana de Noticias)
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