Mucho podía contar de mi amistad con Andrés García Suarez, que falleció el domingo 25 de Julio, sobre sus actividades como dirigente estudiantil, trabajador desde muy joven en diversas labores, para ayudar al sustento familiar, historiador e investigador, como prolífero escritor y periodista, luchador por el bienestar de su pueblo, martiano e inclaudicable defensor de la Revolución y de las ideas de Fidel Castro Ruz.
Pero pensé mejor reproducir parte de mi conversación con él a propósito del aniversario de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), que demuestra la modestia, que lo caracterizó en sus casi noventa años de vida.
A pocas horas del 28 de septiembre del pasado año 2020, me encontré de nuevo con mi amigo Andrés García Suárez, escritor y periodista, quien tuvo la responsabilidad de organizar los CDR en Cienfuegos y ser su primer Coordinador, pero como no tenía a mano la grabadora, les cuento parte de la conversación.
Andresito me dijo: “… han pasado 59 años desde la fundación de los CDR y apenas me doy cuenta ahora, que entonces tenía 28 y que hoy cuento 87, pero no olvido aquellas jornadas memorables…”
Cumplía otras tareas y un día la dirección de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) de Cienfuegos, le encomendó la responsabilidad de constituir los CDR, obra del genio inigualable de Fidel Castro Ruz, que dotó al pueblo revolucionario de esta arma novedosa y magnífica.
El ahora octogenario cederista asegura: “… para mí fue un privilegio que pusieran en mis manos esa tarea, ese año fueron creados unos tres mil CDR en el municipio, que entonces abarcaba barrios inmensos como Cumanayagua, en las faldas del Escambray, que todavía no había adquirido el rango de municipio y a cada paso, comprobé que la iniciativa creadora, la riqueza fecunda estaba en las masas, de las cuales aprendí mucho, pues me enseñaban constantemente algo valedero, tanto en la cabecera como en los barrios más apartados … “
Con la emoción que le trajo el recuerdo afirmó: “… estaban en todas partes aquellos cuadros espontáneos, nacidos ahí en la comunidad, que uno valoraba con admiración por su sacrificio, aunque debo decir mejor, por su entrega, porque no era para ninguno un sacrificio, era algo que realizaban casi con devoción…”
Era acaso por aquello que el poeta Baragaños definió tan bien, al enunciar que vivíamos el tiempo de los hombres el tiempo verdadero, el que nace de una tempestad de fuego, sangre y alegría que se llama Revolución; pero ahora diríamos de los hombres y de las mujeres, que actúan tan maravillosamente.
Y concluyó: “… Hoy todos los cederistas fundadores nos sentimos orgullosos y satisfechos de haber vivido aquellos tiempos y encontrarnos con las nuevas generaciones, tan brillantes y apasionadas como antaño, nadie lo dude, porque con diferentes características, porque las circunstancias son otras, pero entregadas como aquellas en la lucha cotidiana, por la defensa de la Revolución”.
Andrés García, no me habló de su trabajo como primer coordinador de los CDR, lo que hizo fue elogiar el trabajo de los demás, quien a los 87 años, sigue siendo aquel joven humilde, que conocí cuando estudiábamos en el Instituto de Segunda Enseñanza de Cienfuegos.
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