Cuba despide a Juana Tomasita Quiala Rojas, una de las figuras más relevantes del repentismo en el país, quien falleció hoy en La Habana, dejando un vacío en la cultura popular de la nación. Una nota de prensa del Ministerio de Cultura, publicada por el Instituto Cubano de la Música en su página de Facebook da cuenta de la impecable trayectoria de la artista.
Nacida en Banes, Holguín, y ciega desde temprana edad, inició su carrera artística en 1986 con la empresa comercializadora de la música y los espectáculos musicales Antonio María Romeu. Tomasita —como se le conocía— revolucionó el género con su estilo único: tonadas cargadas de gracejo criollo, agilidad para la improvisación y una voz que conquistó escenarios nacionales e internacionales. Su condición de invidente no limitó su ascenso como referente femenino en un ámbito tradicionalmente masculino.
Poeta, narradora y compositora, representó a Cuba en festivales de España, Portugal, Colombia, México y Argentina. Su obra trascendió la décima para incluir cuentos, poemas y canciones que celebraban sus raíces campesinas y su compromiso social. «Era la autenticidad hecha arte», declaró un colega del Centro Iberoamericano de la Décima.
Cuba reconoció su trayectoria con distinciones como el Premio Indio Naborí, la Medalla Antero Regalado y el Bastón de Cristal de la Asociación Nacional de Ciegos. La Federación de Mujeres Cubanas también la honró por abrir caminos a las artistas rurales. «Su vida fue un verso improvisado de resistencia y amor a la patria», destaca el Ministerio de Cultura en su comunicado.
Apodada «la cieguita maravillosa» y «reina del repentismo», Quiala deja un legado que renueva el valor de la tradición oral. El Ministerio de Cultura, la Uneac y la FEU anunciaron homenajes póstumos en Banes y La Habana.
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