La conocí hace muchos años, fue en una visita que realicé al Cardiocentro Pediátrico William Soler, de La Habana. Ella iba de cuna en cuna, acariciando con su mirada y conocimiento cada pequeño paciente, que tenía en su tierno pecho una cicatriz que indicaba la cirugía en sus corazones. De menuda figura y de caminar muy rápido, de ojos inquietos y de hablar con mucha pasión son atributos que bien valoran a la Doctora Herminia Palenzuela López, especialista e investigadora titular.
