Por: Anabel Martín García
«… Y no porque te quemen, porque te disimulen bajo tierra, en cementerio, bosques, páramos, porque te escondan van a impedir que te encontremos Che Comandante, amigo».
Nicolás Guillén
Es 8 de octubre guerrillero, y no bastan para recordarte los poemas y canciones. Te busco y por fortuna llega a mis manos tu diario de la batalla en Bolivia, texto donde conocí hace unos años del Che humano, el que resolvía los altercados entre combatientes con una autoridad inspirada en el ejemplo propio.

Por tus escrituras, sé de las atenciones que como médico ofreciste a los heridos, de cuando pediste a los bolivianos cansados no acudir a métodos torcidos para retirarse de la batalla, si no informarte sus problemas para licenciarlos en paz; y de tu preocupación cuando surcaban el Río Grande y el abastecimiento de comida se agotaba.
Es ese libro, salido de tus manos, la biografía más fiel. No se trata de las apreciaciones de alguien sobre tu historia, eres tú mismo dejando para el futuro el reflejo de tu personalidad.
Cada descripción en las páginas del texto me acerca un poco a tu espíritu. Ese que no puede ser más lejano al Che símbolo que conocía hasta ahora. Tú no eres la imagen que se vende en posters, mochilas y camisetas. Eres grande sí, eres héroe, pero también eres hombre.
Solo Fidel, otro gigante, podía describirte: «El Che era de aquellos por quienes todo el mundo sentía inmediatamente afecto, a causa de su sencillez, de su carácter, de su naturalidad, de su espíritu de camaradería, de su personalidad, de su originalidad».
De todas esas virtudes dejaste un poco en cada cubano. Hoy es tu ejemplo el que guía a los pioneros en su formación como revolucionarios. «Seremos como el Che» se vuelve su brújula después de cada matutino.

Vuelvo a encontrarte hoy, a 58 años de tu captura y luego mordaz asesinato. Ahora que no quedan dudas de cuánto entregaste por Latinoamérica: tu vida, tus hijos, tu espíritu, ese que cada 8 de octubre sale de La Higuera y vuelve a recorrer desde el Río Grande hasta la Patagonia.