Por Diosmel Galano Oliver
«Hombre es el maestro que da de su ser propio a los demás, el maestro es meritorio y generoso padre de muchos», escribió el Apóstol de la Independencia de Cuba y resulta idea exacta para recordar a uno de sus más fieles discípulos: el radialista Julio Alberto Batista Delgado.
Fue en el poblado tunero de Chaparra, en el Oriente de la Isla, donde inició su andar uno de los mayores referentes del periodismo y la radio en la mayor de las Antillas, una historia que tiene en la emisora de la familia cubana, varias y memorables páginas.
Dueño de una voz potente y un manejo acertado, sus primeros pasos en el mundo del arte lo encaminaron por el sendero de la actuación, lo que le permitió distinguir proyectos como el Noticiero ICAIC Latinoamericano y el fragmento de la carta inconclusa de José Martí a Manuel Mercado, que se escuchaba al inicio de cada episodio de «En silencio ha tenido que ser»
La difusión de la vida y obra del Héroe Nacional fue un objetivo primordial en su vida, proyecto que materializó en el espacio «Este es nuestro José Martí», transmitido por Radio Progreso de lunes a sábado.
En esta emisora, donde forjó sus mayores vínculos profesionales, gestó proyectos como «Punto de vista», «Pensar en nosotros» y «La Cuba nuestra de cada día». En Radio Progreso, se destacó por la creación de materiales periodísticos de opinión y sentó las bases del actual radiodocumental.
De Julio Batista solo se escuchan palabras de admiración. Quienes llegamos al periodismo radiofónico tras su partida física, encontramos en su obra un valioso legado para nutrir materiales que respondan a las necesidades de los tiempos actuales
En su casa de Infanta #105 siempre tendrá un lugar especial Julio Batista, merecedor de los títulos de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, Premio Nacional de Periodismo José Martí (1994) y Premio Nacional de Radio (2003), entre muchas otras distinciones que lo ubican en el Olimpo de la comunicación.
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