A pesar de haberse vencido el primer cuarto de este siglo XXI, con internet y otros demonios, son muchos los cubanos que se identifican con el sonido de la emisora Radio Progreso, fundada en La Habana el 15 de diciembre de 1929, entonces con el nombre de El Progreso Cubano.
La casi centenaria casa radial ha demostrado, a través de los años, que el arte radiofónico es una verdad que se defiende con intensidad creativa, desde la entrega profesional de los colectivos de trabajo.
Dentro de esos equipos consagrados se destaca la asesora Lourdes Sánchez González, quien ha garantizado durante 50 años de trabajo los resultados al aire de los programas de corte histórico.
Lourdes cuenta que su primer contacto con Radio Progreso lo tuvo al conocer que desde esta emisora se había lanzado al aire la noticia de la huida de Fulgencio Batista el primero de enero de 1959.
«Yo era una niña de 11 años y recuerdo perfectamente ese día cuando avisaron a mi padre de la noticia transmitida por Radio Progreso. Mi papá, José Sánchez Díaz, era el secretario general del Movimiento 26 de Julio en el exilio en los Estados Unidos».
«Regresamos a Cuba en el primer vuelo de Cubana de Aviación, que se autorizó después del triunfo de la Revolución. Llegué a la Habana junto a mis padres en vuelo directo desde New York el 7 de enero de 1959»
«Unos meses después se le indicó a mi padre y a otros compañeros que regresaran a los Estados Unidos ya con otra misión. Volvimos a nuestro antiguo arrendamiento en Manhattan, en la calle Riverside Drive 602 esquina Broadway. Allí también nos enteramos por la radio de la desaparición de Camilo Cienfuegos y estuvimos al tanto de los pormenores de la búsqueda».
«Con el endurecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, el FBI empezó a acosar nuestra casa y nos hicieron varios registros. Yo no entendía bien el por qué de tanto acoso, hasta que supe que mi padre era agente de la seguridad del estado cubana, con el seudónimo de Jacinto».
«Al dictarse una orden de arresto en su contra, él y sus compañeros huyeron por la frontera con Canadá y regresaron a Cuba ocultos en un avión que transportaba pollos vivos. Mi madre y yo nos embarcamos hacia la Habana en el trasatlántico Covadonga».
Años después Lourdes Sánchez matricula la carrera de historia en la universidad y al concluir sus estudios es ubicada en Radio Progreso, precisamente aquella emisora de la que tuvo referencias el primero de enero del 59.
Comenzó su trabajo como asesora laborando en programas musicales, variados y dramatizados diversos, hasta que se especializó en el área de los históricos.
«Paralelo a mi trabajo he investigado mucho sobre la historia de Radio Progreso y sus primeros programas, también, sobre el funcionamiento de la célula del Movimiento 26 de Julio dirigida por el actor Salvador Wood dentro de la emisora».
«Hemos transmitido a la audiencia muchas obras originales y adaptaciones con alto rigor histórico. Creo que esa fue una de las premisas de mi labor como asesora. El escritor va creando y el asesor va haciendo la investigación para favorecer esa creación.
Esto consiste en fechas, nombres correctos de personajes, lugares exactos donde sucedió. Lo que está documentado de la reacción de determinada personalidad con respecto a un suceso, cualidades del carácter y el físico de personalidades históricas. Todo en función de hacer verosímil el relato radial y que también pueda trascender como obra artística».
Otras de las experiencias de vida de Lourdes Sánchez que repercuten en su trabajo son las relacionadas con sus primeros años de vida en el batey del Central Delicias en su natal Puerto Padre. Los recuerdos de sus abuelos españoles y sus labores en la administración de las fincas, la masonería en su familia, las primeras actividades revolucionarias de su padre que lo llevaron a ser arrestado por la guardia rural. Cada una de esas vivencias guardadas en su memoria han influido en las obras que ha asesorado.
«Pienso que la labor de los asesores en Radio Progreso ha sido de las más rigurosas a nivel nacional. Hay varios compañeros de los que están y de los que ya no nos acompañan físicamente que me gustaría recordar. Entre ellos Enrique Domínguez Sosa, María Elena Hernández, Raquel Rosales, Georgina Granda y Orieta Cordeiro, que también ha sido escritora de varias obras que yo he asesorado».
«También me gustaría recordar a talentosos escritores haciendo referencia a sus obras como: Abelardo Rodríguez con El Talismán, Gonzalo de Mesa con su novela Con Sandino en las montañas, Armando Rodríguez Vergel con Los hijos del sol, sobre el imperio Inca, y No es tiempo de llorar, sobre la vida de Tina Modotti. Quisiera recordar también a Gerardo Rodríguez del Rey Menocal por Viene Pancho Villa y a Vicente Monzón por Crónicas de Mixtli».
Cada una de estas obras especialmente recordadas por Lourdes Sánchez han sido laureadas con el Gran Premio en diferentes ediciones del Festival Nacional de la Radio Cubana y en el concurso Caracol de la Uneac.
Esta laboriosa asesora ha recibido 8 Grandes Premios en su carrera y fue distinguida con el primer premio entregado a esa especialidad en el Caracol de la Uneac por la obra Aponte. Posee también la distinción Artista de Mérito y la medalla Raúl Gómez García.
«Yo tengo en mis recuerdos a muchos compañeros que prestigiaron la programación de Radio Progreso entre ellos los directores Abelardo Rodríguez, al que mencioné antes como escritor, y Héctor Pérez Ramírez, los musicalizadores José Luis Lobo, Lobito, Juan Carlos Ladrón de Guevara e Iván Pérez Ramírez y los realizadores de efectos Orlando Hernández Rivero y Raúl Guanche».
«Actores inolvidables como Raúl Selis, Andrés Hernández, Pastor Felipe, Julio Alberto Casanova y Marcial Zamora. Entre las actrices Marta Velazco, Martha del Río, Aurora Pita, Magali Alou y Leonor Cabal. No quiero dejar de mencionar a directivos de los que guardo el mejor de los recuerdos como Santiago Arias y Rebeca Anouchi».
En la actualidad Lourdes Sánchez González asesora seis espacios de la programación de Radio Progreso: La gran aventura de la humanidad, Huellas, Así se forjó la patria, Clave 8:30, Aventuras y Nuestro José Martí.
Toda su vida laboral se ha desarrollado en esa emisora enclavada desde hace décadas en el edificio azul de Infanta 105, en los límites entre los municipios Centro Habana y Plaza de la Revolución, que como colofón para su sentido de pertenencia es la primera imagen que ve desde su balcón al despertar cada mañana. Después de ese encuentro su tiempo es radial.
(Tomado del sitio web de la Editorial En Vivo)
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