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Una veintena de niños con enfermedades crónicas en Pinar del Río reciben energía constante en sus hogares gracias a sistemas fotovoltaicos donados. La iniciativa, que mejora la atención a sus padecimientos, ha sido financiada por el sector tabacalero de la provincia, la cual produce el 70% de la hoja del país.
Los kits solares, con una potencia de entre 2.5 y 5 kilowatts pico, fueron instalados tras un levantamiento realizado por Salud Pública para identificar los casos de mayor necesidad. Osvaldo Santana Vera, coordinador de Tabacuba en el territorio, explicó que la ubicación se decidió bajo este criterio técnico.
La doctora Sandra Ramírez Guzmán, directora provincial de Salud, detalló que algunos de los niños beneficiados permanecían hospitalizados con estadías de un año o más. Estos pacientes requieren ventilación asistida u otros equipos que dependen de un suministro eléctrico permanente y estable.
Otros niños padecen enfermedades genéticas crónicas que exigen condiciones ambientales controladas. Según Ramírez Guzmán, entre estos casos hay lesiones de la piel que obligan a los pacientes a permanecer la mayor parte del tiempo en habitaciones climatizadas.
«Gracias a esta iniciativa, hoy esos niños están en sus hogares, en su medio familiar y con las condiciones que requieren», afirmó la directora de Salud. El proyecto ha permitido deshospitalizar a menores y brindarles una mejor calidad de vida en su entorno familiar.
Osvaldo Santana Vera confirmó que este es solo un primer paso y que la intención es extender el beneficio de manera paulatina al resto de los niños con patologías similares en la provincia. Además, se han donado sistemas fotovoltaicos para los dos hogares de niños sin amparo familiar en Pinar del Río.
(Con información de Granma)
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