El 25 de mayo se celebra el Día de África, el origen de esta celebración se remonta al año 1963, cuando 32 líderes de estados africanos se reunieron en Adís Abeba para formar la Organización de la Unidad Africana, OUA, hoy Unión Africana, UA.
Esta fecha hace referencia a los logros del continente, pero sobre todo invita a reflexionar sobre los retos y los problemas que siguen obstaculizando el desarrollo como la guerra, la inseguridad, el hambre y la desigualdad.
La conmemoración del Día de África debe de constituir un llamado a la comunidad internacional mientras que continúe vigente el actual orden político y económico, donde unos pocos consumen casi todo, y la mayoría de la población del planeta queda marginada de los llamados beneficios de la neo globalización liberal la herencia colonial en África no tendrá fin.
Diverso, plural, retorico de riquezas naturales, habitadas por pueblos alegres y de suma vitalidad, África continúa invitando al resto de los continentes al acercamiento y al diálogo. Olvidada durante siglos, saqueados por aquellos que la han dejado en penurias a pesar de que ser tan rica, representa una enorme extensión territorial a la cual debemos de mirar con reverencia pues toda la humanidad tiene una deuda de gratitud con el llamado continente negro. Los pueblos africanos tienen derecho a la paz, a un orden internacional justo y un desarrollo sostenible.
Tercer continente del orbe por su extensión y con una población de cerca de 936 millones de personas, el mosaico de belleza y color que representa África todavía se duele de la indigencia, los conflictos bélicos, el SIDA, la inseguridad alimentaria y otros males.
Según datos de Naciones Unidas 40 de los 50 países con el índice de desarrollo humano más bajo son africanos, entre ellos más 315 millones de africanos viven en la pobreza.
El Día de África este 25 de mayo debe de ir más allá de la conmemoración de una fecha y convertirse en un reclamo de la comunidad internacional para prestar con urgente atención donde la pandemia del SIDA, la pobreza, las guerras, y el hambre han rebajado la esperanza de vida a 40 años, una región que con cerca de 500 millones de habitantes tiene dificultades para alimentarse o pasan hambre crónica, una cifra similar no accede al agua potable y carece de condiciones mínimas de saneamiento; más de 200 mil niños son utilizados como soldados, esclavos domésticos, o dedicados a la prostitución, otros 78 millones en su mayoría niñas permanecen sin escolarizar, y no pocos casos dedicados al trabajo infantil.
Tales argumentos hacen pensar que cada 25 de mayo se debe de ofrecer la oportunidad de cristalizar acciones en virtud de la paz y el desarrollo de los países africanos.
El Día de África debe ser incentivo para hurgar en los mecanismos y las vías necesarias y hacer que el llamado continente negro se despoje del esquema de miseria y subdesarrollo bajo el cual ha sobrevivido y se convierta en una porción del planeta donde primen la paz, la seguridad y el progreso.
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