Apreciar a la historia como algo más que una cronología de hechos denota identidad y, si desde las primeras edades enfocamos el acontecer narrado o vivido hasta involucrarnos conscientemente, entonces eso de dejar atrás las batallas ideológicas del pasado o… Es ya hora de dejar atrás el pasado y emprender rumbo al futuro no se apega ni mucho a la realidad de ser un cubano cabal.
Hoy en Cuba es Día de los Mártires de la Revolución y para ello hay un por qué, una concatenación de hechos en las que los protagonistas fueron más de 20 mil hombres y mujeres de este pueblo con cuya sangre fueron escritos grandes fragmentos de la Historia que exhibimos. Si, de esa Historia nuestra.
Para las nuevas generaciones y las precedentes, no es posible olvidar que un 30 de julio de 1957 fueron asesinado Frank País y su compañero de lucha Raúl Pujol por esbirros de Batista, en el Callejón del Muro, en la heroica Santiago de Cuba.
Allí en ese sitio hay una tarja que recuerda el hecho y trae a la memoria siempre de manera solemne al joven de tan sólo 23 años, al combatiente revolucionario, Jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 e Julio y organizador del alzamiento del 30 de noviembre.
Cuánta grandeza en Frank, ejemplo de dignidad y lucha. De él dijo el Comandante en Jefe en carta a Celia el 31 de julio de 1957:
“(…)¡Qué monstruos! No saben la inteligencia, el carácter, la integridad que han asesinado. No sospecha siquiera el pueblo de Cuba quién era Frank País, lo que había en él de grande y prometedor”.
Una manifestación de dolor ante la muerte del líder, desbordamiento popular por las calles santiagueras, más de 20 cuadras de peregrinación que en la actualidad se reedita para rendir tributo al hijo de la Ciudad Héroe.
Esa es la historia escrita y la que pudimos palpar en la casa de Doña Rosario, con ella como protagonista viva…una casita en la calle San Bartolomé, convertida en museo. Sentada en su sillón nos narraba a los pioneros cubanos de aquel entonces, todas las cualidades del niño Frank y su entorno familiar. Era el testimonio con la ternura de la entrega de una madre por la Patria.
Luego, frente a mi la mascarilla mortuoria de Frank…muy sobrecogedora la explicación, rubio su cabello recuerdo… a partir de ahí siempre supe que para un joven de mi país no hay un paradigma mejor. Cuánta madurez y ejecutoria en tan corto tiempo de vida, ejemplo invaluable para quienes decidimos construir esta nación con soberanía e independencia y No les está permitido dejar atrás este pasado.
“Fue muy corta la vida de Frank País, dolorosamente corta y sin embargo, cuánto dejó de aleccionador, de ejemplar”.
Vilma Espín.
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