7 de julio: Día Internacional de la conservación del suelo

Concientizar la importancia de la tierra dentro del frágil equilibrio medio ambiental es uno de los deberes primordiales  de todos los seres humanos.

Esta cuestión, aunque resulte reiterativa, hoy por hoy se manifiesta en un orden prioritario a nivel global, de ahí  que el programa integral de las Naciones Unidas lo contemple entre sus tareas esenciales y le dedique una jornada en el año a la que han dado en llamar: Día Internacional de la Conservación del suelo.

Recientemente, también se dedicó un día a la Desertificación y la Sequía, otros elementos que afectan los suelos conduciéndolo a  su degradación total o parcial y por ende, a la pérdida de  la capacidad productiva de los mismos.

Actualmente, en el mundo se habla del Cambio Climático, pero no muchos se han puesto a pensar en las implicaciones de las afectaciones que provocan la contaminación ambiental y la explotación excesiva  de los suelos en la destrucción del medio ambiente.

Y quizás, solo  los implicados  en  las labores agrícolas comprendan la magnitud de las consecuencias del continuo deterioro de las propiedades físicas, químicas y biológicas de los suelos,   recurso  no renovable y esencial para la seguridad alimentaria.

Por otro lado, para regularizar la producción agrícola de las tierras y para contrarrestar uno de los principales efectos negativos de la degradación de suelos crece la necesidad de utilizar agua para riego la cual puede llevar al agotamiento de las reservas de aguas superficiales y subterráneas y a incrementar la competencia de uso para otros fines.

Por lo tanto este desarrollo agrícola no será sostenible, y de no encontrarse soluciones alternativas pudiera resultar en consecuencias catastróficas dentro de unas décadas.

En nuestro país, para contrarrestar la degradación y prever las consecuencias se pusieron en práctica varias estrategias. Una de ellas es el Programa Nacional de Mejoramiento y Conservación de los Suelos iniciado en el Año 2000 y para el cual se destinan anualmente  más de 20 millones de pesos y así financiar medidas que favorezcan la conservación de la tierra.

Las principales estrategias de los productores cubanos para resolver los problemas derivados de la aplicación indiscriminada de tecnologías agresivas en nuestros suelos van encaminadas al manejo de nutrientes en la agricultura y las alternativas ecológicas para mantener en niveles aceptables la fertilidad.

Asimismo,  el uso de los abonos orgánicos y biofertilizantes además, permiten obtener producciones con rendimientos satisfactorios,  y una mayor incidencia en la   calidad de los productos, en la economía de los productores y en el medio ambiente.

Publicado Por: Laudelina Manzano Bell

Periodista de Radio Progreso, que atiende el equipo de redacción del horario despertino para la programación informativa de la emisora de la familia cubana

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

5 × 3 =