Si el compositor y cantante Pedro Romero Cossio (1956-2023) tuviera la posibilidad de hacerlo, seguro se iría a otra dimensión guitarra en mano, y con el humor que le caracterizaba y su amplia sonrisa, llegaría cantando uno de sus números en los que jugaba con las esdrújulas como lo hacía con nosotros, pero, además, se fue un 14 de febrero para recordarnos que nadie debe estar triste por su partida, sino recordándolo como el buen ser humano que siempre fue.
Sé que, como todos, cometió errores, de esos que llevamos con nosotros para siempre, y ya encontrará la forma de resolverlos aquí y allá.
Una de las mejores cosas que me pasaron fue tener una oficina en la Casa de 18 de ARTEX y conocerlo en el escenario que había en el patio donde cantaba junto al grupo Sol de Cuba, dirigido por Bustillo. Se trataba del momento bailable del espectáculo dirigido por Eduardo Castellanos y donde los músicos mostraban que había una manera de atrapar a las parejas sin escandalizar y de ese disfrute participaban los hombres y mujeres de todas las edades.
Ese Pedro Romero no sólo hacía música cubana bailable, sino que también cantaba aquellos números ganadores en el concurso Adolfo Guzmán, en la OTI y otros.
No obstante, Pedro desde siempre había sido un trovador, de esos totalmente desenfadados y, por qué no, romántico, como aquel que dio vida a UNA MUJER.
Y para que se tenga una idea mayor de su trayectoria, publicaré una breve nota que le hice a su disco SE ME VA LA VIDA, con el grupo Sol de Cuba, donde él era su cantante principal. Y es que cuando decidí asumir ese material sonoro, imaginamos que nos enfrentaríamos a sus canciones premiadas de forma consecutiva en varios concursos Adolfo Guzmán, defendidos por distintos solistas, a excepción del último, donde alcanzó el Gran Premio con su propia voz.
Desde el primer número del disco, popularizado por el programa televisivo CARA A CARA, dedicado al tema de la droga, fuimos sorprendidos por una orquestación apropiada, de acuerdo a los recursos contemporáneos y en la que 5 músicos llenan las necesidades de cada obra, gracias a la genialidad de José Bustillo.
Por eso, SE ME VA LA VIDA me parecía nuevo, y VENECIA seguía acompañada de los misterios del amor, porque al escuchar su música, se queda en nosotros “como el aire”, y “una mujer” sigue siendo el centro de su sueño poético, sin renunciar a ser un cronista de la vida.
En ARTEX siempre se supo que, con Pedro Romero, estábamos ante un artista que trazaba pautas con su música y con su forma peculiar de interpretar y comunicarse con el público.
Para mí, Pedro fue como Bola de Nieve o José Antonio Méndez, quienes tuvieron aceptación por algunos y rechazo por otros, porque lo que hacían era auténtico y propio, simplemente lo que les da un justo lugar en la historia musical de nuestro país.
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