Agradecen donaciones de vecinos a enfermos de Covid-19 en Cienfuegos

En el Centro Especializado Ambulatorio, el conocido CEA, donde atienden a los pacientes graves que padecen de la Covid-19, cuentan que  una enfermera de ese hospital habló de limitaciones y no imaginó que de esa breve conversación, sin lamentos ni dobles intenciones, saldría una historia, un mañana y una flor. 

Susana López González, vecina de la zona 27, cerca de la institución sanitaria, donde están la mayor parte de pacientes con Covid-19 reportados de graves y críticos, expresó: “Me entró unos deseos tremendos de ayudar, bajé la loma rumbo a los edificios y empecé a tocar las puertas. Las jabas se fueron llenando como si no hubiese límites. Nadie titubeó en aportar aseo para mejorarle el quehacer a quienes sostenidamente salvan vidas”.

Recogió cien jabones en breve tiempo y otras donaciones que la gente quiso mandar, fue espontáneo, sin organismos ni convocatorias de por medio, pues la gente está muy agradecida del personal médico, explicó la especialista,  que reside cerca de la institución sanitaria, donde están la mayor parte de pacientes con Covid-19 reportados de graves y críticos.

Enfatiza la periodista Zulariam Pérez Martí, que los cubanos sabemos de solidaridad, quizás  se aprende desde el círculo infantil cuando la pelota nunca es tuya, sino de todos, o en la escuela cuando los colores pasan de mesa en mesa, o en la beca cuando los dineros se juntan para comprar un pomo de refresco, o en el trabajo cuando una colega anuncia que se le acabó la leche para su hijo y le consigues una bolsa de regalo.

Quizás no se aprende, viene de los más hondo de esta Isla, de tanto contar estrellas en los apagones, del esclavo que le llevó agua al semejante encadenado, de tanto leer La Edad de Oro, del hombre nuevo que nunca calló. Lo aprendimos y lo llevamos con nosotros, aunque parezca que solo queda la mochila vacía.

Una vez recogido el donativo trataron de llevarlo al CEA, entonces la directora dijo que ella iría a la comunidad, les daría las gracias mirándoles a los ojos, porque así todo es más lindo en medio de una pandemia que deja tatuada cicatrices profundas. Hasta allí fue la Dra Vivian Chávez Pérez y les agradeció dejándoles una flor sobre la mesa imaginaria.

Acciones como las descritas se repiten, una y otra vez, a lo largo de Cuba. Mochileros que cargan de medicamentos en sus bolsos y lo trasladan gratuitamente hasta geografías distantes; motoristas que se parquean en las afueras de los hospitales para ayudar a los demás; campesinos que inundan sus camiones de viandas y verduras para mejorar la comida de los centros de aislamiento; gente común que limpia el piso de los hospitales.

Los vecinos del CEA no solo aplauden al personal médico, de vez en vez, a las nueve de la noche,  ellos también dan la mano, ayudan, porque con eso vuelven al mismo escenario donde la pelota no es tuya, sino de todos.

Publicado Por: Manuel Varela Pérez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

siete + seis =