Ángel Pérez Herrero (1942-2023), profesor titular de las facultades de Filosofía e Historia y Derecho de la Universidad de La Habana, y panelista del emblemático espacio televisivo Escriba y lea, emprendió viaje hacia el espacio sideral, donde su espíritu noble y bueno duerme ya, al decir de José Martí, el «sueño de los justos».
Pérez Herrero era Doctor en Pedagogía y en Derecho por la Universidad de La Habana, donde ejerció la docencia superior en las especialidades de Historia y Derecho, y formó en el amor a esas disciplinas de las ciencias sociales a miles de historiadores y abogados, quienes fueron sus discípulos, los cuales evocan –con no disimulada emoción- su tránsito terrenal, no solo por la excelencia pedagógica que lo identificara en el contexto docente-educativo, sobre todo por el pleno dominio que poseía de la oratoria ciceroniana, sino también por las óptimas relaciones interpersonales y sociales que caracterizaran la carismática personalidad del Profesor Pérez Herrero.
El también miembro distinguido de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), era un maestro, con mayúscula, y ser humano único e irrepetible, cuya huella indeleble quedará registrada para siempre en la memoria poética de quienes fueron sus estudiantes, así como en los millones de televidentes que disfrutaban sus esclarecedoras disertaciones acerca de cualquier tema de la historia y la cultura universales, en el estelar espacio Escriba y lea, del que fuera –junto a la Profesora, la Doctora María Dolores Ortiz (1934-2023)- uno de sus más sólidos pilares.
En la enseñanza de la Historia, el Prof. Pérez Herrero fue consecuente con el criterio sustentado por el Dr. Eusebio Leal Spengler (1942-2020), eterno historiador de La Habana: «la historia […] debe enseñarse y divulgarse como fue, no como quisiéramos que fuera, ni siquiera como debiera ser»; y en la enseñanza del Derecho, les transmitió a los futuros letrados el caudal inagotable de conocimientos teórico-conceptuales y metodológicos que les sirven de base estructural a las ciencias jurídicas.
Conocí personalmente a Pérez Herrero en las reuniones convocadas por la Asociación de Exalumnos de las Escuelas Pías de La Habana, a las cuales él y yo asistíamos por invitación especial del primerísimo actor Rafael Nin (1945-2020), quien presidiera esa confraternidad hasta su lamentable deceso. Ahí nació y fructificó una amistad, que solo Tanatos, la muerte en el vocabulario psicoanalítico ortodoxo, pudo interrumpir, pero no destruir.
Ahora, que estoy desapolillando archivos mnémicos, recuerdo la conferencia magistral que impartiera en uno de aquellos encuentros, y que versó acerca del estado actual de los acontecimientos acaecidos durante aquella época socio-histórica primeros años de la década de los 2000. ¡Qué perfecto dominio del tema y qué discurso académico tan accesible a la comprensión del auditorio! Me parece estar escuchándolo con su voz suave y pausada que acariciaba el intelecto y el espíritu humanos.
La última vez que vi con vida a Ángel Pérez Herrero fue, a mediados de este año, cerca de la UNEAC. Nos saludamos afectuosamente como era nuestra costumbre, y me comentó, casi en un leve susurro, «no me siento bien de salud». Esa fue nuestra despedida.
¡Gloria eterna al ánima del Dr. Ángel Pérez Herrero, quien puede mostrar al cielo, con legítimo orgullo, su gigantesca obra pedagógica y profesional, en los campos de la docencia superior, la historia y el derecho, perfectamente acabada!
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