La ciudad de Pinar del Río arriba, este martes, al aniversario 157 de su fundación como una de las urbes más importantes creadas por los españoles en la época colonial en Cuba.
Nueva Filipinas resultó el nombre inicial de la ciudad y la provincia debido a la afluencia de trabajadores asiáticos provenientes de las Islas Filipinas para trabajar en las plantaciones del tabaco.
La existencia del poblado se remonta a 1750 y se ubicaba en la parte más alta, donde se encuentra hoy, en la actualidad, el Parque de la Independencia, así consta en la documentación dirigida por las autoridades de la Jurisdicción al Capitán General de la Isla en 1858.
Desde 1863 se solicitó a la reina de España Isabel Segunda el otorgamiento del Título de Ciudad, denegado en ese año y en 1865, hasta que el 10 de septiembre de 1867 se expide por Real Decreto tan distinguido Título, considerado una gracia especial.
A mediados de 1800, los europeos también se interesaron en la fragante hierba y la región floreció. Se abrieron rutas marítimas y se ampliaron los ferrocarriles para facilitar el envío del producto perecedero. La Ciudad de los Portales, como se le reconoce también, es la meca del tabaco.
Pinar del Río se distingue por la singularidad de sus viviendas con una mezcla de portales con columnas, criollísimas tejas rojas, capiteles, ventanas y puertas a dos hojas.
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