Valorar la realidad de nuestra Cuba de hoy es ir marcha unida con la Revolución. En temas económicos acércanos al tema a través de la estrategia tomada por el Gobierno nos hace más fuertes ante la etapa pos covid-19. Es vencer.
Cuando el 19 de abril de 2018, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, asume como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, este definió la lógica en que se movería el gobierno: ´´no vengo a prometer nada(…) vengo a entregar el compromiso de trabajar y exigir por el cumplimiento del programa que nos hemos dado como gobierno y como pueblo en los Lineamientos de la política del Partido y la Revolución, a corto, mediano y largo plazos´´.
Esto último constituye un asunto clave en dicha lógica gubernamental, la cual se expresa en un marcado interés en renovar métodos y estilos de trabajo, ´´más aterrizados´´ a las problemáticas económico-sociales del país, potenciando el papel de las instancias municipales y provinciales. Un gobierno ´´de calle´´ se trasladó a los territorios para intercambiar, de forma sistemática, con los diferentes actores económicos.
En esa lógica, es preciso desterrar la idea de que crecimiento económico y desarrollo son la misma cosa. Se puede alcanzar un alto guarismo en el Producto Interno Bruto (PIB), y se puede ir en sentido contrario al desarrollo. La dimensión económica tiene un peso específico para medir el éxito o no de la gestión gubernamental.
En la lógica del Gobierno para rebasar los efectos económicos negativos generados por la COVID-19 está la producción agroindustrial, cuya deuda con la mesa de los cubanos, es sumamente alta y prolongada por diferentes causas endógenas y exógenas, entre estas últimas el bloqueo económico norteamericano.
• Estamos ante el ahora o nunca de la agricultura cubana, para a partir de producciones nacionales, reducir la factura de importación de alimentos, y hacer coincidir la oferta con la demanda, generando satisfacción en quienes acuden al mercado, mediante precios adecuados, calidad de los productos y estabilidad de los suministros.
• El Gobierno está impelido de que los eslabones de la cadena producción-distribución-consumo no se quiebren y funcionen coherentemente, además de aplicar otros incentivos propios del mercado.
• Es cierto que la calidad de los suelo constituye un factor a tener en cuenta para alcanzar mayores rendimientos agrícolas; pero los resultados de algunos labriegos dentro y fuera de Cuba demuestra que es posible producir alimentos en esas condiciones, siempre que se apele a buenas prácticas, se gestione mejor la tierra y se emplee adecuadamente los avances de la ciencia y la técnica.
• Son estos últimos quienes deben recibir los mayores recursos materiales y financieros, para incrementar la producción de arroz, plátano, frijol, maíz, huevos y carne de cerdo, entre otros rubros. La lógica del Gobierno parece estar enfocada a esto último, a juzgar por los pronunciamientos públicos de este.
• En cuanto a la producción alimentaria es preciso acoplar, con la necesaria e imprescindible coherencia, las políticas relacionadas con la inversión extranjera; el sistema financiero; monetaria; fiscal; crediticia; de precios, etcétera.
Si bien el Plan de Desarrollo hasta 2030 tendrá que ser reacomodado al escenario pos COVID-19, se han de mantener además en la lógica del Gobierno sectores claves como turismo; industria biotecnológica y farmacéutica; servicios profesionales en el exterior; y electro energético y construcción.
Antes de la pandemia, en el año 2019, se produjo una ralentización de la economía cubana en algunos de los mencionados sectores, lo cual generó un descenso en la generación de ingresos en moneda libremente convertible, lo que provocó aún más tensiones en el pago de deuda y el acceso a nuevos créditos.
• Ante esta última situación, en junio del propio 2019, apelando a la lógica de su actuar, el Gobierno adoptó un grupo de medidas para impulsar la economía y mitigar los impactos externos. Se pusieron las cosas en la oportunidad que llevan, como se dijo entonces.
• Al poner en aquellas circunstancias ´´todos los huevos dentro de la canasta´´, Cuba apostó a disminuir la importación de mercancías por personas naturales, y los hizo no restringiendo, sino ofreciendo los mecanismos para que esas divisas se mantengan en el país. En esa propia lógica, el Gobierno apostó también a canalizar las remesas en interés de objetivos económico-sociales del país, con incentivos para quienes aporten capital de trabajo a esos fines, una experiencia que se aplica con éxito en otras naciones.
Al asumir este programa económico pos COVID-19, el Gobierno lo hace apelando a mecanismos económico-financieros, no administrando crisis. Por ejemplo potencia la producción agropecuaria, destinando recursos materiales y financieros en divisas, con el propósito de estimular la producción nacional de alimentos y reducir las importaciones.
El Gobierno hace ajustes económicos en las actuales circunstancias; pero se sigue moviendo en su lógica precedente. Sin embargo, el propio Gobierno reconoce que no puede ´´hacer todo lo que´´ se tenía previsto, ´´ni pretender que ninguna actividad económica se afecte´´ después de la COVID-19. Incluso, habla de ´´ralentizar el ritmo´´ de otras. Incluso, el Gobierno reconoce que el ajuste ´´no es para acomodar la economía al escenario actual, sino para reducir y eliminar gastos e imponernos al complejo contexto´´.
Tal lógica gubernamental, en el ajuste pos COVID-19, evidencia un pragmatismo económico plausible. Por ejemplo, no incluir ´´la reducción de exportaciones´´ en rubros como: tabaco, ron, carbón vegetal y productos biotecnológicos, para crear reservas, en espera de que ´´el mercado internacional de estabilice finalmente´´. Se está en función de las oportunidades.
El hecho de que en la llamada nueva normalidad, tras la pandemia, el Gobierno aplique la lógica de no ´´seguir haciendo las cosas de la misma manera´´, y que el ajuste implique ´´salir con cosas distintas´´, constituye una muy buena señal en el corto, mediano y largo plazos.
Hablar de emprender acciones ´´de una manera más rápida, más decidida. Más organizada´´, para implementar ´´un grupo de cuestiones (…) pendientes de implementación en la Conceptualización del Modelo Económico y Social´´, refleja un actuar diferente del Gobierno. inmerso en su propia lógica.
En esa proyección del Gobierno pos COVID-19, habrá que observar cómo se implementan políticas no puestas en marcha aún, como ´´formas de gestión y propiedad; el redimensionamiento del sector empresarial y del privado´´, incluyendo ´´la adecuada relación que debe haber entre ambos´´.
Considero que un ajuste económico así, con ´´las pilas puestas´´, como se dice, merece acompañamiento y respaldo de los diferentes actores económicos, sin renunciar a la crítica y transparencia necesarias e imprescindibles, para evitar posibles desvaríos en la política económico-social aprobada, la cual está avalada por la Constitución de la República.