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En el contexto del aniversario 132 de la fundación por José Martí del periódico Patria y el Día de la Prensa Cubana, los escritores y periodistas Adys Cupull y Froilán González presentaron en la sede nacional de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) el libro de su autoría Julio Antonio Mella y Natasha Mella: reencuentro al final del camino, publicado por la editorial mexicana Alternativa Periodística.
Ese texto, caracterizado —básicamente— por los valores históricos, éticos, humanos y espirituales que el lector puede descubrir en las páginas de dicho volumen, registra el intercambio epistolar que durante quince años mantuvieron con la única descendiente del luchador revolucionario, señora Natasha Mella (1928-2014), quien —a través de testimonios, cartas, documentos, fotos y archivos— reveló hechos y datos que posibilitaron rectificaciones históricas sobre la vida familiar del joven luchador antimachadista, y de su esposa, doctora Olivia Margarita Zaldívar Freyre.
Julio Antonio Mella y Natasha Mella: reencuentro al final del camino recoge, además, las circunstancias específicas en que se produce la salida definitiva de la primogénita de Julio Antonio de la mayor isla de las Antillas hacia Miami, a principios de 1961, las críticas, discrepancia de conceptos y aspectos relacionados con la naciente Revolución Cubana, pero en tales formulaciones queda evidenciado —sin ningún género de duda— el orgullo que sentía del apellido Mella, el cual mantuvo hasta su deceso, y nunca aceptó fuera utilizado en campañas mediáticas contra Cuba.
Natasha respetó la ideología del padre, si bien no la entendió en toda su integridad. No obstante, nunca denigró las virtudes de su progenitor como patriota y luchador antiimperialista. Por otra parte, señalaron que continúan las pesquisas y estudios acerca de la vida y la obra del joven revolucionario, quien fuera cofundador del Partido Comunista de Cuba (PCC) y de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).
Según Adys Cupull Reyes y Froilán González García «de no [no haber sido] asesinado tan joven, Julio Antonio Mella hubiera sido un hombre de los que cambian el curso de la historia».
Esa joya de la literatura histórico-social caribeña está especialmente dedicada a los amantes de la historia de Cuba, la cual —al decir del doctor Eusebio Leal Spengler (1942-2020), eterno Historiador de La Habana— «debe enseñarse como es, no como quisiéramos que fuera, ni siquiera como debiera ser».
