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Fernando Rojas, viceministro de Cultura, valoró que una reunión con jóvenes se congregaron frente a la sede institucional del Ministerio para tener un encuentro con las autoridades arribó a un ambiente constructivo en general del que partió el interés y la voluntad por continuar el diálogo.
Durante un programa especial de la Televisión Cubana, el directivo señaló que en la reunión participaron alrededor de una treintena de personas entre artistas, funcionarios y dirigentes de organizaciones y se discutieron temas relacionados con la aplicación de la ley y la relación de las instituciones con los creadores.
Durante cuatro horas, hasta las tres de la madrugada, se desarrolló el diálogo en el que se expusieron demandas relacionadas con los procesos culturales, insatisfacciones legítimas de los artistas y la situación legal y de salud de dos personas vinculadas al llamado movimiento de San Isidro.
Rojas explicó que el Ministerio de Cultura se comprometió a interesarse por la situación de Denis Solís y Luis Manuel Otero Alcántara (integrantes del mencionado movimiento) y a trabajar con todos los artistas sobre las acciones para mejorar las relaciones con las instituciones.
Estos son asuntos que tienen que ser discutidos con todos los creadores y hay que conectar el resultado de este diálogo con procesos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y la Asociación Hermanos Saíz, dijo el viceministro.
Añadió que existió el compromiso de actuar con apego a la Constitución de la República y a la vez se insistió en denunciar la injerencia de agencias del gobierno federal de Estados Unidos en asuntos culturales de los cubanos.
No es la primera vez que el Ministerio atiende solicitudes de los artistas, hace dos años ya se sostuvieron reuniones para dialogar sobre el decreto 349, el cual -aclaró- no está implementado.
Este sábado un grupo de jóvenes de diferentes manifestaciones artísticas se acercaron al Ministerio de Cultura pidiendo hablar con las autoridades con múltiples demandas. El diálogo se produjo en horas de la noche y posteriormente las personas que participaron en el hecho se retiraron a sus casas sin ninguna dificultad.
En el espacio televisivo se explicó también la relación de varios de los integrantes del llamado movimiento de San Isidro con funcionarios de la embajada de Estados Unidos en La Habana y personas radicadas en Miami vinculadas al terrorismo contra Cuba.
Se mostraron además evidencias de las falacias detrás de una supuesta huelga de hambre y sed de los integrantes de este grupo, la violación de protocolos sanitarios implementados ante la pandemia de la COVID-19 y el cumplimiento del debido proceso en el caso de Denis Solís, condenado a ocho meses de privación de libertad por desacato a la autoridad.
El investigador y ensayista Enrique Ubieta denunció que esta puesta en escena ha sido acompañada por amplia cobertura en las redes sociales y medios contrarrevolucionarios con el ánimo de justificar una injerencia en Cuba cuando ya acaba el mandato del presidente Donald Trump, cuyo gobierno no quiere dejar en evidencia el fracaso de su política hacia la mayor de las Antillas.
Revista Especial – 28/11/2020 https://t.co/NvYXNXMsX2
— Presidencia Cuba (@PresidenciaCuba) November 28, 2020
