AUDIO EN VIVO
La esgrimista cubana Alina Expósito, campeona centroamericana de florete en Puerto Rico 1966, repudió este jueves en Santa Clara, Cuba, el crimen de Bárbados, al explotar hace 46 años un avión que despegaba del aeropuerto de la isla caribeña.
“En la voladura horrenda de ese avión perdieron la vida esgrimistas compañeros mío, y atletas en flor de la vida, así como los tripulantes de la aeronave y otras personas civiles”, dijo a Prensa Latina la destacada floretista, desde esta ciudad al centro de Cuba.
El 6 de octubre de 1976 estalló en pleno vuelo una aeronave de Cubana de Aviación, en la que viajaban 73 personas, de ellas 24 miembros de la delegación deportiva de la isla que regresaba de Venezuela, donde habían obtenido todas las medallas de oro en el campeonato Centroamericano de Esgrima.
A cuatro décadas y media del asesinato organizado por los terroristas de origen cubano Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, amparados por el Gobierno de Estados Unidos, tras colocar una ofrenda floral ante un mural que rinde homenaje a los Mártires de Barbados, la esgrimista Expósito destacó:
“Ni los años que han pasado han logrado mitigar nuestro dolor, ni el recuerdo del horror por el crimen de Barbados. Hoy lo evocamos como una acción terrorista, fascista registrada en la historia, contra un grupo de personas nobles que practicaban un sano deporte”, expresó.
Integrante de la selección cubana de esgrima de 1966 a 1968, Expósito fue compañera de equipo en los X Juegos Centroamericanos y del Caribe, de Puerto Rico, de dos de los fallecidos en Barbados: el espadista Orlando López y el floretista y sablista Luis Morales, ganadores también de la medalla de oro en ese torneo.
“Morales, a quien le decíamos Villito, era una persona muy alegre, muy cubano, con mucha experiencia en la técnica de la esgrima, conocimientos que diariamente nos trasmitía”, señaló.
Expósito dijo que fue también amiga de Demetrio Alonso, quién iba al frente de la delegación; del armero Jesús Gil, y de Leonardo Mckenzie.
Alina Expósito, medallista de plata en los Panamericanos de Winnipeg 1967, ingeniera mecánica de profesión, resumió hoy que la noticia del atentado “fue uno de los momentos más impactantes de mi vida, y aunque han pasado 46 años, aún tengo en mi pupila el semblante de mis compañeros caídos”.
