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Este 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, alcanza un nuevo impulso la vieja campaña contra Cuba sobre el tema.
Hoy han puesto en circulación una carta firmada por pesos pesados de la cultura a nivel internacional, pidiendo libertad de expresión y de los presos del 11 de Julio. Y uno se pregunta que sabrán los firmantes en verdad sobre ambos asuntos, cuando todos están sometidos al goteo incesante de noticias falsas o manipuladas sobre el país, refiere la conductora del espacio radial, Arleen Rodríguez Derivet.
El analista Reinier Duardo comenta que estamos frente a una campaña por la victimización de todos los detenidos por los sucesos del 11J. Lavado de caras. La idea es borrar todas las cosas feas de lo que pasó ese día. No hay actos vandálicos, asalto a patrullas, apedreamiento de policías, cócteles Molotov, convocatorias a invasión, desacato, desórdenes públicos.
En ese contexto, la carta logra sumar a importantes figuras del cine y la cultura mundial. Pero si se lee, se encontrará el mismo discurso y la misma narrativa de semanas anteriores, todo muy simplificador y manipulado. El interés por los artistas, la inocencia per se de los artistas. Como si la condición de artista les eximiera de cumplir con la justicia, como si eximiera de responsabilidad penal por actos sancionables.
Asimismo, funcionan los estereotipos establecidos por las campañas contra la Revolución durante más de medio siglo. Se da por sentado que en Cuba no hay libertad de expresión y nadie se detiene a preguntar qué tipo de arte, si es que fue a través del arte, promueven, realizan, los que están detenidos.
¿Sabrán todos los firmantes quienes son los artistas por cuya libertad piden? Les recuerdo:
-Alcántara, contra el cual existen pruebas de contrato con el Instituto Nacional Demócrata de 1000 dólares al mes por subvertir el orden en el país. Ningún estado tolera eso. Además, su incitación al desorden público el 11J a través de una directa.
-Maykel Osorbo, quien clamó por una invasión militar a Cuba, lo cual no está exento de delito, sin contar el desacato o las alteraciones del orden en su actuar.
-Yunior, que aunque no está preso, lo presentan como supuesto exiliado, una persona que aún está por verse cómo logró salir de Cuba y burlar ese gran cerco que él decía que tenía, un artista que en medio de los ataques más profundos seguía cobrando o exponiendo sus obras.
Vale la pena volver sobre la entrevista de Ian Padrón a Laura Tedesco, la guía espiritual de Yunior.
Es esta la evidencia de que el movimiento artístico en Cuba está en la mira para usarlo como «carne de cañón» por su legitimidad nacional o internacional, y porque a la vez les sirve para articular campañas de victimización más fácil en nombre de la libertad de expresión.
No sólo se trata de operar y se opera con el universo artístico cubano que vive bajo presión y asedio. En el libro “La CIA y la guerra fría cultural” de Frances Stone Saunders se habla de estas prácticas como rutinarias. Cuántos se han preguntado alguna vez por qué no existe ministerio de Cultura en Estados Unidos.
Según estudiosos del tema y Stone Saunders es una de ellos: a los artistas en Estados Unidos los atienden otros: CIA, FBI, etc.
Se retoma la variante de guerra contra Cuba, que emplean mucho los demócratas: las sutilezas de las acusaciones: listas y más listas, sanciones y más sanciones. Eso va a la prensa, se amplifica y se repite año por año, vísperas de 10 de diciembre.
Son campañas que duran hasta hoy y que sirven para justificar todo tipo de guerra. Recuerden lo que se decía hace años, que los republicanos diseñan las guerras y los demócratas las hacen.
