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El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, encabezó la reunión del Grupo Temporal de Trabajo del Gobierno para el enfrentamiento a la COVID-19, donde se pasó revista, además, a temas de especial importancia para el país, como la disponibilidad de oxígeno medicinal y la situación electroenergética nacional.
En el encuentro de este martes, que enlazó a través de videoconferencia a las quince provincias y el municipio especial Isla de la Juventud, el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz indagó acerca del escenario epidemiológico de cada territorio.
Según datos oficiales emitidos por el Ministerio de Salud Pública, en los últimos quince días Cuba ha diagnosticado más de 114 mil personas contagiadas.
Pinar del Río, Sancti Spíritus y Cienfuegos mantienen la más alta tasa de incidencia de casos positivos por cada cien mil habitantes.
De manera particular, desde la provincia más occidental del país, el gobernador Rubén Ramos Moreno ratificó que la situación sigue siendo muy compleja.
Entretanto, un territorio como Matanzas, que transitó por momentos muy complicados, hoy muestra una tendencia al control de la epidemia.
Como es habitual en este encuentro, donde también participó el Vicepresidente Salvador Valdés Mesa, cada territorio informó acerca de sus números registrados en el enfrentamiento a la enfermedad, en cuanto a casos confirmados, fallecidos, altas médicas, pacientes ingresados, casos activos…
En medio del intercambio, el Presidente Díaz-Canel dejó claro que las estadísticas no son algo frío, de ellas -reflexionó- hay que obtener relaciones para todo tipo de estudios.
En tal sentido, el Jefe de Estado consideró que ese análisis es lo que nos indica el camino para saber dónde están los problemas.
Los datos oficiales y la realidad del país indican que Cuba transita por uno de los momentos más complejos de toda la epidemia, enfrentando desde hace varias semanas un rebrote de la enfermedad que también ha disparado las alarmas a nivel internacional.
Definitivamente, si cada ciudadano no hace su parte, los esfuerzos permanentes del gobierno y la hazaña colosal de nuestros científicos frente a la COVID-19, no serán suficientes para vencer a la epidemia. La responsabilidad individual es clave para ganar esta batalla colectiva.
