El olor a pintura se mezcla con el de la ciudad, luces primerizas o que resurgen adornan las calles, andamios revelan las labores de construcción, mientras que nuevas y relucientes fachadas devuelven poco a poco el brillo a una urbe que en poco más de 24 horas arribará a sus 500 años.
La vida en La Habana parece mantener su ritmo habitual, sin embargo, no pasa desapercibido el incansable quehacer de cientos de personas que, día y noche, trabajan para que este 16 de noviembre, pero sobre todo en lo adelante, la Ciudad Maravilla luzca realmente maravillosa.
Un Capitolio que presenciará un gran espectáculo de fuegos artificiales, y que como anfitrión de la gala central por los festejos, se prepara para acoger a miles de personas en su explanada. Una majestuosa edificación que se ilumina por las noches, pero que incluso durante el día lo hace más, cuando los rayos del sol hacen brillar lo dorado de su cúpula.
Dos hoteles cinco estrellas plus –Paseo del Prado y Packard– que engalanan la entrada de la bahía y majestuosos se erigen frente al Morro, colocando a la ciudad en el mapa de los servicios hoteleros de lujo junto a su predecesor el Manzana Kempinski.
Un Palacio Tecnológico -la Finca de los Monos– con 10 áreas de juegos, entre estas realidad aumentada, juegos en red, cine 3D, aula de robótica y laboratorio de idiomas; así como ocho áreas exteriores temáticas; un boulevard que vuelve a la vida, con variadas unidades de comercio y gastronomía, además de instalaciones culturales, artísticas y comerciales.
La avenida Galiano tomada por constelaciones, el Mercado de Cuatro Caminos a horas de ser reinaugurado como un centro comercial moderno, la Casa de la Música Habana, el remozado Estadio Latinoamericano, el Barrio Chino, estos son apenas algunos de los regalos para la urbe en su medio milenio.
A ellos se suman los Jardines de La Tropical, uno de los más emblemáticos espacios verdes del territorio, el Parque Forestal de La Habana, restaurantes, museos, establecimientos comerciales.
Objetos de obra que se inauguran en sectores de la Salud y la Educación, labores que sobre todo buscan un impacto social y que incluyen instalaciones como hogares para niños sin amparo familiar y escuelas.
Punto de partida, así se catalogó la celebración del medio milenio de la urbe cubana, y aunque es grande la deuda del país con su capital y son numerosos los esfuerzos que se deben hacer aún para satisfacer a sus más de dos millones de habitantes, La Habana retoña y, cual hija bendecida, lo agradece.
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