Rusia ha desplegado sistemas balísticos Pantsir-S1 y Tor, además de 40 000 soldados, cerca de Ucrania en medio de las tensiones con Estados Unidos y la OTAN.
“A lo largo de la frontera oriental (en la región de Donbás), ya se concentran 40 000 soldados rusos, el mismo número en la Crimea”, informó Yulia Mendel, secretaria de prensa del presidente ucraniano, citado este miércoles por el portal web ruso Avia.Pro.
El medio ruso también informó el martes de que el Ejército ruso desplegó sistemas de defensa antiaérea Pantsir-S1 y Tor en la región de Donbás. El ministro de Defensa de Rusia, general Serguéi Shoigu, indicó que la Orgnanización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) concentraría 40 000 militares cerca de la frontera con Rusia, básicamente en las regiones del Mar Negro y el Báltico.
En total, “40 000 soldados y 15 000 elementos de armamento y equipo militar, incluidos aviones estratégicos, se concentrarán cerca de las fronteras rusas”, subrayó.
El titular ruso también añadió que Estados Unidos está aumentando su presencia militar en Polonia y los países bálticos.
Desde el inicio del conflicto entre el Ejército ucraniano y los independentistas prorrusos en las regiones orientales de este país en 2014, el país norteamericano ha proporcionado más de 2.000 millones de dólares en ayudas militares a las autoridades ucranianas.
En los últimos días, ha habido una escalada de tensiones entre Moscú y Kiev, por el envío de tropas de Ucrania, bajo el paraguas de las fuerzas de la Alianza Atlántica, cerca del flanco occidental de Rusia, país que ha estado desplegando, a su vez, fuerzas y equipamiento militar en la frontera occidental, y ha advertido que cualquier despliegue de tropas de la OTAN provocaría más tensiones cerca de sus fronteras y conduciría a una respuesta contundente.
Las relaciones entre Moscú y Kiev se han ido deteriorando, en particular, desde que la península de Crimea se reincorporó a Rusia tras un referéndum en marzo de 2014, en el que más del 96 % de los crimeos votó a favor de la consulta.
Desde entonces, Rusia y el Occidente siguen sin poder superar las brechas que surgieron a raíz de esta coyuntura que condujo a Ucrania, con apoyo de sus aliados occidentales, a involucrarse en una campaña bélica contra los grupos soberanistas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
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