La historia de lucha incansable por la soberanía nacional, ya sea desde los tiempos de Carlos Manuel de Céspedes y luego de Fidel, demostraron que tiene el alma cubana esencias que convierten, con ideales justos y verdaderos, cualquier utopía y anhelo en realidad.
Ha venido así la Isla ganando batalla tras batalla. Primero en la manigua a caballo y machete en mano; luego en el ideario universal de nuestro José Martí y más tarde en una generación de jóvenes que no dejó morir su pensamiento porque lo materializó con el triunfo definitivo de la Patria.
Es de esta forma que vive y renace el país. Fortaleciéndose de epopeya en epopeya, nutriéndose de la diversidad y encontrando en la unión de todo el pueblo la fuerza inagotable para honrar las bases sagradas de la nación.
Llegamos hoy al Aniversario 65 del Triunfo de la Revolución Cubana y seguimos dispuestos a vencer. Creceremos como cantaba la inolvidable Sara González porque ni ventanales rotos, ni herejías, ni corre mundos, ni soldados, ni amigos falsos ni embusteros impedirán que siga el proyecto social que construimos oxigenándose para desafiar cuanta intención maligna quiera destruir nuestros sueños.
Realmente el sentimiento de la Patria sigue fuerte, como dijera el líder histórico de la Revolución, hace 46 años, a los muchachos de la Brigada Antonio Maceo. De ahí entonces la voluntad de trabajar y avanzar, en esa disposición de perfeccionar el presente y futuro para alcanzar verdaderamente la prosperidad que nos debemos, como convocara el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al clausurar la segunda sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su X Legislatura.
“Esta última sesión del Parlamento”, decía nuestro Primer Secretario del Partido, puede marcar el inicio de una nueva tendencia en el comportamiento de la economía cubana. Por eso “corregir profundas distorsiones y desviaciones estructurales que lastran el desempeño económico es palabra de orden para remontar la complejísima situación que enfrentamos por los impactos combinados del cerco norteamericano, la crisis en las relaciones económicas internacionales y nuestros propios errores”.
Una vez más, subrayaba el mandatario, todo dependerá de la capacidad que tengamos de ejecutar e implementar adecuadamente las medidas enunciadas de cara al 2024, para continuar enfrentando la economía de guerra a la que se nos somete, diseñada y aplicada con una política de máxima asfixia por el más poderoso imperio de la historia.
Pero a pesar de los pesares y de antiguos empeños frustrados de dominación, seguirá Cuba soberana navegando el horizonte con el legado de sus generaciones libertarias y sus ansias de conquistar la justicia para su pueblo y el mundo.
Cuando un nuevo año comienza y celebramos con júbilo el aniversario 65 del Triunfo de la Revolución, continúa la Isla mambisa y rebelde con voluntad infinita de cambiar lo que deba ser cambiado, y totalmente fiel a sus esencias e historia.
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