El mundo de Nelsito

El mundo de Nelsito, con dirección del laureado cineasta Fernando Pérez, Premio Nacional de Cine, es el título del largometraje, resultado de la colaboración entre el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), y la productora hispana Wanda Films, e inspirado en el guión escrito a cuadro manos por Fernando Pérez y Abel Rodríguez.

La filmación tuvo lugar en diversas locaciones de la «Ciudad Maravilla» para narrar una trama, que tiene como punto de partida un accidente automovilístico.

El elenco artístico —por demás de lujo— lo configuran los primerísimos actores y actrices Isabel Santos, Laura de la Uz, Jacqueline Arenal, Carlos Enrique Almirante, Paula Alí, Edith Massola, Mario Guerra, Premio Nacional del Humor, Ana Gloria Buduén, Armando Miguel Gómez, y Mayra Mazorra, entre otros.

Nelsito (José Raúl Castro), la víctima de ese lamentable accidente es un encantador adolescente de 16 años de edad, que padece de Autismo (afección genética descrita por el Dr. Leo Kanner), y que se fugó de su hogar (uno de los síntomas en que se estructura el cuadro clínico autista). Mientras todos se preocupan por Nelsito, la fecunda imaginación de ese joven lo traslada hacia otros momentos y situaciones, vinculados con las personas que comparten su medio socio familiar.

Así las cosas, desde su camilla en el hospital donde se encuentra recluido crea ficciones que revelan la «cara oculta» de aquellos que lo rodean: niños perversos, mujeres asesinas, muchachas estafadoras, todos signados —fundamentalmente— por los contravalores descubiertos e incorporados al comportamiento psicosocial de esos individuos en el entorno donde  —según la fértil imaginación del chico— desenvuelven sus actividades habituales.

A su regreso a casa, después del alta hospitalaria, Nelsito es recibido por esa pléyade de personajes, conocidos por el espectador, lo cual genera en el auditorio un ambiente de incredulidad sobre cuáles son los auténticos: los de ahora o los que el muchacho elabora con ayuda de la subjetividad que caracteriza la conducta de un paciente con Autismo.

El maestro Fernando Pérez, «Rey Midas» de la cinematografía cubana e iberoamericana, articuló ese audiovisual a través de cinco relatos cortos, conectados con diversos conflictos o situaciones problemáticas, en los que todos esos personajes «viven» y «sienten» las historias imaginadas por Nelsito, desde el accidente y en el espacio de tiempo en que permaneciera ingresado en una institución de salud.

Por otra parte, habría que destacar —con letras indelebles— la magistral actuación de José Raúl Castro, quien no solo le presta piel y alma a un adolescente con Autismo, sino también incursiona —con naturalidad,  espontaneidad y profesionalidad, dignas del más cálido elogio— en el mundo interior de un paciente con dicho trastorno genético, que —según la autorizada opinión de los psicólogos y psiquiatras infanto-juveniles— solo es  cognoscible por aquellos que presentan esa afección neuropsíquica.   

Al público solo le queda elucubrar acerca de cuáles son los auténticos protagonistas de ese filme: si los comunes mortales que reciben al muchacho en su contexto sociofamiliar, o los que él ha imaginado delante de la suspicaz mirada del «respetable».

De acuerdo con el crítico cinematográfico y periodista cultural Joel del Río, la película «El mundo de Nelsito es un filme coral y episódico, que [adopta] ciertos [y determinados] códigos onírico-surrealistas, nada extraños por cierto en la filmografía de [Fernando Pérez, y al mismo] tiempo […] permite el reencuentro con un cineasta que se distingue por marcar la diferencia y mantenerse renovado, único [e irrepetible], humanista, filántropo y creador».

Estimado lector, si quiere conocer los «entresijos» en que se sustenta la rica imaginación de Nelsito (localizada en los componentes instintivo y espiritual del inconsciente freudiano; componentes cuya confinia es una línea imaginaria que los separa), no deje de ver esa cinta, donde se narra —a través de imágenes fílmicas y del lenguaje cinematográfico— cómo se nutre el mundo subjetivo de un adolescente con Autismo.