En verano, aumentan los casos de trastornos digestivos como la diarrea, la gastroenteritis o las intoxicaciones alimentarias, debido a diversos factores como los cambios en los hábitos alimenticios y vitales, y el calor, que favorece la proliferación de virus, bacterias y parásitos. La mayoría de estos trastornos se curan pasados unos días, sin presentar más complicaciones; pero en algunos casos pueden agravarse provocando afecciones más graves, especialmente si los padecen personas con un sistema inmunitario debilitado, con una edad avanzada o son niños o embarazadas.
Fuente: TV Granma
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