Estados Unidos: Tiros y porfías

En cualquier valoración por delante, será imposible desestimar  que  casi 70 millones de norteamericanos favorecieron a Donald Trump en las recientes elecciones. Su  modo algo estridente de hacer y enfocar las cosas, gusta a esa importante cantidad de personas.

Y que sean extremistas de distinto rótulo no es tan importante como el hecho de que actúan y son parte de la sociedad, fermento de odios y diferencias, por tanto capaces de eternizar miserias humanas repudiables.

De todos modos, cada vez le quedan menos cartuchos a su carabina fachendosa, o, como se suele decir, se ha dado un tiro en el pie al exigir un reconteo de votos. Ocurrieron cosas curiosas, como que Joe Biden alcanzó más votos de cuantos tenía en algunos sitios gracias a ese arqueo, y, muy importante, los gobernadores de los estados donde fue reñida la contienda electoral,  exigieron respeto hacia el trabajo que cada localidad hizo desde el 3 de noviembre. Se asegura incluso que fueron los comicios más limpios de la historia

El manojo de denuncias de fraude presentada por el mandatario,  se desinfla tambiénpues hasta el principal bufete de abogados que le representan, renunciaron a mantener esa  titularidad.

Las reacciones mundiales,en tanto y a tono con la cordura y las costumbres, sin descartar un generalizado deseo dedisminuir las tensiones ocasionadas por una forma de hacer política demasiado crispada, procedieron a felicitar a Joe Biden, dando por cierto su éxito.

Pese a esas señales, suficientemente claras de la realidad inmediata, Trump, más aplacado por los hechos que le han llovido en los últimos días,  movía, sin embargo, otros hilos, entre ellos continuar estimulando a sus partidariosen las exigencias para quedarse,aparentemente sin destinocierto.

Agotando recursos, o puede que para sembrar obstáculos en el futuro del nuevo jefe de estado, el todavía presidente procedió a destituir Mark Esper,  jefe del Pentágono (ministro de defensa). Y ni siquiera lo citó a la Casa Blanca para informarle o procediendo por los canales usuales, otra vez empleó twitter, con marcada descortesía.

¿Por qué? Ah, con independencia de su estilo despreciativo hacia quienes se atreven a contradecirle, él está creándose un entorno favorable y ha comenzado por la cúpula militar. Aparte de Esper, también cesanteó  a otros tres altos cargos y puso en sus lugares  aindividuos que le son muy fieles. Gran parte de la prensa los califica de extremistas pues de forma pública han expuesto creerlos altisonantes y muy controversiales.

Uno aseguró hace un tiempo que Barak Obama era “un líder terrorista” y otro se expresó de forma tan  ofensiva  contra el Islam que darle crédito generaría problemas con naciones árabes muy asociadas a EE.UU.

Esper no aceptó la orden de Trump quien le pidió usar el ejército para sofocar las enormes protestas populares de los últimos meses.

Tal como fue despedido (algo casi nunca hecho en la etapa de tránsito entre la administración saliente y la nueva, se teme queexpulse  de sus cargos también al  director del FBI, Christopher Wray, y a la jefa de la CIA, Gina Haspel. ¿Despejando camino para el uso de la fuerza al interior del país? Eso, mu inusual, tampoco se descarta.

Nadie puede asegurarlo pero entre otras posibilidades, el diario The Hill, plantea la variante de que Trump, una vez ratificada la imposibilidad matemática de continuar exigiendo mantenerse,  renuncie antes del 20 de enero y el vicepresidente Mike Pence ocupe el cargo para amnistiarle. Según lo establecido durante estos dos meses el gobernante puede absolver de culpas a distintos procesados.

El principio pudiera usarse para evitar que le condenen por delitos federales que le esperan una vez pase a la vida ordinaria. Antes de ser elegido, Trump compareció ante los jueces 1.150 veces y estuvo involucrado en 150 quiebras. De ahí el supuesto de quienes lo creen capaz de auto perdonarse, pero sus asesores y fieles deben  estar advirtiéndole sobre lo contraproducente de hacerlo pues esa absolución  de sí mismo es proclive a ser revocada por los tribunales y, según parece, le afectaría mucho si opta por presentarse a otro mandato dentro de 4 años.

Ese fenómeno, aparte del orgullo herido por no haber logrado éxito en  este enfrentamiento, está detrás de las variables manejadas en busca de mantenerse a salvo. No es imposible que lo logre debe advertirse. Como tampoco lo es que use toda la artillería que busca o tiene parapermanecer a salvo, aunque la pólvora que usa está bastante mojada.

Publicado Por: Elsa Claro

Periodista, poeta, narradora de altos quilates, que ejerce el ejercicio del comentario de manera cotidiana y de una excelencia de referencia. Su obra poética ha sido reconocida por el poeta nacional Nicolás Guillén desde sus primeros títulos líricos. Actualmente, este Premio Nacional de Periodismo José Martí transmite sus trabajos periodísticos en el espacio En Vivo Directo. Correo: elsa.claro@icrt.cu

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