Fajardo y sus Estrellas: una orquesta show (+Vídeo)

En los primeros años de la década de los 50 de la anterior centuria, la Orquesta Fajardo y sus Estrellas, fundada y dirigida por el maestro José Antonio Fajardo (1919-2001), era —sin discusión alguna— la mejor agrupación charanguera en el pentagrama insular…, hasta que llegó a la capital cubana la Orquesta Aragón, jerarquizada —en aquel entonces— por el maestro Rafael Lay Apesteguía (1927-1982).

Desde 1953 y hasta 1961, en que una parte de los integrantes de la Orquesta Fajardo y sus Estrellas decidieron quedarse en Japón, y posteriormente, se trasladaron a Estados Unidos, esas dos orquestas típicas compitieron fraternalmente en fama y popularidad, sobre todo en el espacio El Show del Mediodía, que transmitía —en horario vespertino— el antiguo circuito CMQ Televisión, y conducía el multilaureado locutor, primerísimo actor y periodista cultural, Germán Pinelli (1907-1996), Premio Nacional de Televisión.

Una de las mayores atracciones de la Orquesta Fajardo y sus Estrellas era —sin ningún género de duda— la del excelente vocalista y bailarín Felo Bacallao (Yaguasa, «bautizado» así por el ingenio de Germán Pinelli), quien —en 1959— se incorporó a la Charanga Eterna.

En ese espacio audiovisual, así como en otros de la televisión cubana, recuerdo aquellos pasos de baile con los que Yaguasa daba muestras fehacientes de la creatividad y la originalidad que lo identificaran, sobre todo en la interpretación del cha, cha, cha, ritmo cubanísimo creado por el maestro Enrique Jorrín (1926-1987), y popularizado por la Orquesta América, fundada por el maestro Ninón Mondéjar (1914-2006) .

José Antonio comenzó los estudios de música con su progenitor, el maestro Alberto Fajardo, en cuya orquesta era maraquero, mientras que el maestro Fernando Sánchez lo inició en el conocimiento de la flauta.

En 1933, se trasladó a la Ciudad de las Columnas, donde se incorporó a las orquestas Romance Musical, del maestro René Álvarez, Antonio María Romeu, Neno González y Arcaño y sus Maravillas.

Trabajó en la Academia de Baile de Marte y Belona y en el cabaret Kursal, donde era pianista el maestro Dámaso Pérez Prado, el creador del mambo.

En 1949, fundó la orquesta Fajardo y sus Estrellas, integrada por José Antonio Fajardo, director y flauta, René Fernández, piano, Orlando López (Cachaíto), contrabajo, Félix Reyna e Ignacio Berroa, violines, Jesús Esquijarrosa, paila, Carlos Real, tumbadora, Rolando Valdés, güiro, y Joseíto Valdés, cantante.


Con tan selecto colectivo de instrumentistas, la Orquesta Fajardo y sus Estrellas debutó el 15 de septiembre de ese año en Radio García Serra. Después, se presentó en los cabarets Montmatre y Tropicana, así como en el hotel Havana Hilton (hoy Habana Libre).


En 1959, dicha agrupación realizó una gira por Nueva York, y entre los músicos que viajaron a la populosa ciudad estadounidense, se encontraban Ulpiano Díaz, Arístides Soto (Tata Güines), Elio Valdés, Pedro Fernández, Alfredo Armenteros (Chocolate). Sergio Luis y Rudy Calzado.

Mantuvo dos y hasta tres orquestas, donde laboraron Orlando Alfonso, José Reyes Núñez (Pepecito), Jehová Ordóñez, Fausto y Salvador Muñoz, Miguel Valdés, Marino Castillo. Rafael Brito, Heliodoro Sánchez, Esteban Molina, Juan Febles, Osvaldo Martínez, Antonio del Campo y Pascual Hernández.

A partir de 1961, Fajardo se radicó en la urbe neoyorquina, donde creó una nueva orquesta con el mismo nombre de la primera, y en la que han cantado — entre otros— los vocalistas Roberto Ledesma y Cali Alemán.


Con la nueva agrupación, actuó en el Palladium —llevado por su gerente, el señor Catalino Rolón, del Madison Square Garden— y en algunos centros del Village Gate. También realizó giras por Japón, África, Colombia, Venezuela y Canadá.
Su fecunda producción intelectual y espiritual en el campo de la música popular cubana incluye números antológicos: Aguardiente, De batalla, Fajardo te pone a gozar, Juan Cuchillo, Lindo Puerto Rico, Los tamalitos de Olga, Ritmo de Pollo, y Sayonara, entre otros no menos importantes.


Si bien el maestro José Antonio Fajardo vivió durante cuatro décadas en el exterior y falleció fuera de la ínsula caribeña, jamás dejó de ser un cubano de pura cepa y mantuvo excelentes relaciones con los creadores que viven, aman, crean y sueñan en la Isla de la Música.


Sirva esta sencilla crónica para evocar los 72 años de la aparición —en el  universo musical cubano— de Fajardo y sus Estrellas, una orquesta show.

Publicado Por: Jesús Dueñas Becerra

Jesús Dueñas Becerra. Ejerce como colaborador la crítica artístico-literaria y el periodismo cultural en varios medios nacionales de prensa, en especial, en la emisora de la familia cubana: Radio Progreso. Su actividad fundamental es la crítica de danza y cinematográfica, así como las artes escénicas y las artes plásticas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

dieciocho − siete =