Festeja Danza Contemporánea de Cuba el Día Mundial de la Danza

«La danza es el lenguaje del cuerpo». Esa frase paradigmática de la bailarina y maître mexicana Elizabeth Mercado Espejo, es la que mejor caracteriza -desde el punto de vista estético-artístico- a la emblemática compañía Danza Contemporánea de Cuba (DCC), que dirige el maestro Miguel Iglesias, Premio Nacional de Danza 2018.

Para festejar dignamente el Día Mundial de la Danza, que se celebra en todo el orbe el día 29 de abril, en honor al natalicio del insigne maestro Jean Marie Noverre (1727-1810), el padre del ballet moderno, la prestigiosa agrupación llevó a la sala «Avellaneda» del Teatro Nacional de Cuba un programa de lujo, que  incluyó las obras La tribulación de Anaximandro (Hombre, Arché, Ápeiron), con coreografía del artista George Céspedes, Premio del Certamen Iberoamericano de Coreografía (CIC) «Alicia Alonso», y Hands On, una creación del  coreógrafo griego John Mantsis

La forma sui géneris de bailar de los integrantes de la agrupación insular, el teatro americano moderno, los estilos danzarios afrocaribeños y el ballet clásico europeo, se fusionan en cálido abrazo para crear una poética y una estética que le han facilitado a DCC mantener la preferencia del público, así como los elogios de la crítica especializada nacional y foránea durante más de seis décadas.

La compañía, que ha realizado varias giras por países de América (Norte y Sur), Europa, Asia y África, a la vez que ha participado en disímiles eventos danzarios internacionales, y que reúne el talento artístico de relevantes creadores de la escena mundial: el holandés Jan Linkens, el sueco Kenneth Kvmstrom y el hispano Rafael Bonachela, quienes —entre otros no menos importantes— han diseñado coreografías para DCC.

Ver bailar a los integrantes de una de las mejores compañías de su tipo en el mundo deviene un verdadero privilegio para los amantes nacionales y extranjeros de la danza contemporánea, caracterizada —esencialmente— por convertir las emociones, sentimientos, pensamientos u otros estados subjetivos del yo de los bailarines en movimientos corporales, rubricados por el erotismo y la sensualidadque identifican a ese mestizo único e irrepetible que vive, ama, crea y sueña en la mayor isla de las Antillas.

Ahora bien, la fuerza motriz que los mueve e inspira a darlo todo en escena es el amor a la danza y a lahumanidad; valores éticos, humanos y espirituales, entre otros, que han descubierto —a través del tiempo— en los excepcionales maestros (desde Ramiro Guerra hasta Miguel Iglesias), quienes han contribuido —en el contexto docente-educativo y fuera de él— a formar, no solo a excelentes bailarines, capaces de intelectualizar y espiritualizar los recursos teórico-prácticos en que se estructura el arte danzario en general, y la danza contemporánea en particular, sino también a mejores seres humanos, el escalón más elevado al que debe y puede aspirar el «soberano de la creación». 

Los danzantes se mueven en el proscenio con indiscutida excelencia artístico-profesional, signada —fundamentalmente— por el dominio de la técnica académica, la interpretación teatral (dos caras de la misma moneda), así como la precisión y exactitud que les imprimen a los movimientos físicos (dominan con naturalidad e indiscutible profesionalidad los complejos y complicados «secretos» del cuerpo humano), uno de los indicadores básicos indispensables en que se sustenta la danza contemporánea, que cultivan desde que salieron a la palestra pública hace 65 años.  

Sin duda alguna, los bailarines disfrutan al máximo su entrega en cuerpo, mente y espíritu a la práctica de ese género danzario, el cual han exaltado a los primeros planos en la arena internacional, lo que le ha posibilitado a la agrupación caribeña erigirse —por derecho propio— en paradigma de la danza contemporánea, a escala global.

Estoy seguro de que a los fieles admiradores de DCC, periodistas culturales o críticos de danza que hayan seguido su fecunda trayectoria artístico-profesional, no les asiste la más mínima duda de que los miembros del ejemplar conjunto danzario están celebrando —con el rigor estético-artístico que los define— el Día Mundial de la Danza en la tropical Isla de la Música y el Baile.

Fotos: Yuris Nórido

Publicado Por: Jesús Dueñas Becerra

Jesús Dueñas Becerra. Ejerce como colaborador la crítica artístico-literaria y el periodismo cultural en varios medios nacionales de prensa, en especial, en la emisora de la familia cubana: Radio Progreso. Su actividad fundamental es la crítica de danza y cinematográfica, así como las artes escénicas y las artes plásticas.

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