Fidel Castro: Una vida fecunda, llena de humanismo

Con una vida fecunda, prolongada y enriquecida a través de 90 años, Fidel Castro Ruz, el  Comandante en Jefe, el máximo líder de la Revolución, sigue  siendo fuente de motivación no sólo para el pueblo cubano sino también para  múltiples hombres y mujeres en diferentes partes del mundo por la significación y vigencia de su legado.

Su nacimiento tuvo lugar el 13 de agosto de 1926  en la zona de Birán en la entonces provincia de Oriente.

Su enseñanza primaria la cursó en una escuelita que su padre creó en la finca donde se estableció y después continúa los estudios de ese nivel en la ciudad de Santiago de Cuba.

Muy joven Fidel entró en contacto con La Habana. Primero estudió en la escuela religiosa de Belén y más tarde ingresó en la Universidad de La Habana.

Fue en ese gran centro de enseñanza en el que obtuvo el título de Licenciado en Derecho, y donde además, según señalara años después, se formó como revolucionario.

Precisamente el 4 de septiembre de 1995 al pronunciar un discurso con motivo  del inicio del curso escolar 1995-96  y el aniversario 50 de haber iniciado sus estudios en la Facultad de Derecho, Fidel señaló que fue un privilegio ingresar en esa universidad, “porque aquí aprendí mucho, y porque aquí aprendí quizás las mejores cosas de mi vida; porque aquí descubrí las mejores ideas de nuestra época y de nuestros tiempos, porque aquí me hice revolucionario…”

Y también en esa misma intervención Fidel precisó: “En esta universidad viví momentos difíciles, muy difíciles, tan difíciles que resulta un verdadero azar, incluso, el haber sobrevivido a aquellos años universitarios.”

Ya desde que era estudiante universitario Fidel se sintió influido en forma constante por la trascendencia de la vida y el legado de José Martí, el Apóstol de la independencia de Cuba.

Fue así como tras haberse producido en La Habana el 10 de marzo de 1952, el golpe de estado,  el ya joven abogado Fidel Castro condenó de inmediato al régimen dictatorial impuesto y patentizó su decisión con hechos concretos de luchar por Cuba y su pueblo.

Fidel por siempre en el quehacer de todos los revolucionarios

Precisamente en octubre de 1953 cuando era juzgado por haber organizado y llevado a cabo el asalto a los cuarteles  “Moncada” y “Carlos Manuel de Céspedes”, en el año del centenario del natalicio de Martí, llegó a asegurar: “Traigo en el corazón las doctrinas del Maestro y en el pensamiento las nobles ideas de todos los hombres que han defendido la libertad de los pueblos.”

Él consideró a Martí como el autor intelectual de las acciones llevadas a cabo por un grupo de jóvenes revolucionarios, encabezados por él, que intentaron ocupar las fortalezas militares de Santiago de Cuba y de Bayamo, respectivamente, el 26 de julio de 1953 para una vez incautadas las armas allí existentes hacerle un llamado al pueblo para desencadenar una insurrección popular armada contra la dictadura militar reaccionaria existente en el país tras el golpe de estado que se produjo el 10 de marzo de 1952.

Las acciones previstas no concluyeron con el esperado éxito porque en ambos casos falló la toma por sorpresa de las instalaciones militares.

Pero el revés Fidel lo convirtió en una victoria política cuando en el proceso judicial que se le siguió denunció los crímenes cometidos por los soldados de la dictadura contra sus compañeros, enjuició la crítica situación existente en el país y expuso un programa revolucionario.

A partir de octubre de 1953 Fidel enfrentó con firmeza el presidio, en la entonces Isla de Pinos, y en 1955 tras haber sido liberado por una amnistía general que el régimen dictatorial decretó debido a la presión popular que exigía la excarcelación de los asaltantes del Moncada  y el Carlos Manuel de Céspedes, de inmediato reorganizó el Movimiento revolucionario que entonces se identificó con la fecha del 26 de julio y después salió hacia México para lograr la reagrupación y preparación de los que en 1956 participaron en la expedición del yate Granma hacia Cuba.

Entre diciembre de 1956 y finales del año 1958 dirigió con acierto la guerra de liberación hasta que en enero de 1959 se produjo el triunfo de la Revolución.

El primero de enero entró victorioso en Santiago de Cuba y allí aseguró al hablarle a los habitantes de esa heroica ciudad: «¡Al fin hemos llegado a Santiago! Duro y largo ha sido el camino, pero hemos llegado.” Y agregó: «La Revolución empieza ahora, la Revolución no será una tarea fácil, la Revolución será una empresa dura y llena de peligros.”

Varios días después al llegar a La Habana al frente de la Caravana de la Libertad, Fidel aseguró el 8 de enero de 1959: “Cuando yo oigo hablar de columnas, cuando oigo hablar de frentes de combate, de tropas más ó menos numerosas, siempre pienso: he aquí nuestra más firme columna, nuestra mejor tropa, la única tropa que es capaz de ganar sola la guerra, esa tropa es el pueblo.”

Con una estrecha relación con el pueblo, Fidel como máximo líder de la Revolución Cubana llevó adelante una obra que no sólo repercutió en la vida de los cubanos sino también a nivel internacional.

Y en los múltiples discursos que pronunció, tanto en Cuba como en otros países que visitó, así como en eventos internacionales, y en sus trabajos periodísticos y en Reflexiones que elaboró, expuso una gran cantidad de conceptos y principios que siguen siendo hoy fuente de enseñanza y que se hacen realidad en el quehacer cotidiano del pueblo cuando incluso tiene que batallar ante situaciones difíciles como a las acaecidas en estos días durante el enfrentamiento de un incendio de grandes proporciones (sin antecedentes en Cuba) en la base de supertanqueros de la ciudad de Matanzas.

Y en este aniversario 96 del natalicio de Fidel recordamos, por tan sólo citar un fragmento de lo que él señalara, el 5 de diciembre de 1961:

La historia no se escribe con cobardes ni con traidores, la historia se escribe y se hace con hombres de pueblo, con hombres y mujeres de corazón entero. La historia se escribe con valientes, la historia se escribe con héroes, la historia se escribe con revolucionarios. Y la historia la escriben los humildes, la historia la escriben los que trabajan con sus brazos, la historia la escriben los que trabajan honradamente con su inteligencia, la historia la escriben los limpios, la historia la escriben los honrados, la historia la escriben los leales.”

Publicado Por: Radio Cubana

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