En el monolito de Fidel en Santa Ifigenia sólo está escrito su nombre. No hay fechas, ni de nacimiento ni de muerte, como símbolo de la eternidad. Bien sabemos que es una manera distinta de existir, todos retenemos su imagen barbuda, verde en su uniforme, pero cada cual lo recuerda a su manera, incluso sus detractores lo recuerdan y lo respetan.
