Para el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, el porvenir del deporte cubano sería brillante, afirmación que sustentó en los programas integrales concebidos desde el mismo triunfo de la Revolución, tanto en la formación de atletas como de profesores de Educación Física.
Asimismo, se generaría un movimiento masivo en torno a las actividades deportivas capaz de promover no sólo la búsqueda de talentos sino todo un nivel participativo de la población en general en aras del mejoramiento de los índices de salud y de la recreación.
Por otro lado, los éxitos en la arena internacional, también fueron configurando la visión del líder histórico en materia del deporte y ya en octubre de 1975 esbozó cómo en la medida que el bloqueo resultara vencido más serían los encuentros, las competencias y la gloria deportiva.
Fidel instó además a “No dormirnos sobre los laureles. Es lo primero que tenemos que pensar a la hora de celebrar nuestras victorias…” e insistió en que “Las competencias sirven para medir lo que hemos avanzado en el terreno del deporte (…) han demostrado que Cuba a avanzado más que, por ejemplo, todos los países latinoamericanos juntos…”
No obstante, para el Comandante en Jefe el desarrollo del deporte no tiene como fin exclusivamente buscar campeones a la vez que reconoce en ellos la medida del desarrollo social, educacional y cultural de la Revolución y evidencian el carácter, voluntad y la entereza de un pueblo, proporcionando alegría, honores y prestigios al país.
Campeones cubanos: Mezcla del carácter, voluntad y la entereza de un pueblo.
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