Cada palabra pronunciada por el líder histórico de la Revolución en el discurso de apertura de la escuela de Iniciación Deportiva Mártires de Barbados en la Capital se convirtió en un digno homenaje a los jóvenes muertos en el crimen del 6 de octubre de 1976.
Fidel al referirse al acto, acaecido el 6 de octubre de 1977, lo catalogó como de un simbolismo muy grande porque demostraba que un crimen como ese no podía matar las ideas, ni la vida por muy monstruoso que fuese. Ese legado no sólo insta a los jóvenes atletas, sino a la juventud cubana en general a reflexionar en torno a su pensamiento de que la vida de cada uno de nosotros no pertenece a sí mismo, sino a todos. Porque Todos somos parte de algo mucho mayor que nosotros, que es la patria, el pueblo…”
A los deportistas de la época se les pidió que la respuesta ante un hecho tan doloroso y atroz debía ser superarse más”…y en realidad los atletas cumplieron…”
“… ¿Por qué asesinaron a esos jóvenes?, el Comandante en Jefe argumentó enfáticamente: … porque ellos simbolizaban la Revolución, eran frutos de la Revolución. Fue una venganza baja y cobarde contra la Revolución… ¿pero pudieron acaso tales actos repugnantes impedir la consolidación de la Revolución?… ¡No!…
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