Han pasado seis décadas desde que el Comandante en Jefe, en el Teatro Lázaro Peña expresara: “Esta unificación de todos los sectores femeninos de la Revolución, es constituir una fuerza, una fuerza entusiasta, una fuerza numerosa, una fuerza grande y una fuerza decisiva para nuestra Revolución.”
Surgió una organización de mujeres para un país y ahora somos más, tantas como necesite una nación comprometida con una obra social donde a favor de las féminas se cumplen programas encaminados a lograr el pleno ejercicio de la igualdad en todos los ámbitos.
Que hemos crecido en cifras, es una realidad pues del total de la población cubana ya representamos el 50,18 por ciento y lo decimos con el entusiasmo de quienes sabemos conscientemente de un liderazgo en la participación político social y en la economía. No somos simplemente números y si entes activos y con protagonismo.
Y tal como dijera Fidel, el 23 de agosto de 1960 “La Revolución tiene, sin duda alguna, en el sector femenino de nuestra población, un respaldo muy grande…”. Este pensamiento muestra no sólo su vigencia, sino que se manifiesta como un baluarte en el proceder consecuente de la mujer de la mayor de las Antillas en un accionar liderado por la FMC y al frente, desde las luchas fundacionales, la entrañable presidenta Vilma Espín, hasta hoy con su ejemplo.
Los datos ratifican que sí somos más, sin arrogancia; son ascendentes los guarismos en cualquier tabla estadística con especificidades, por ejemplo, constituimos el 67,2 por ciento de la de la fuerza profesional y técnica; el 60,5 de los graduados universitarios; el 53 por ciento en el importante sector de la ciencia, la tecnología y la innovación factores muy necesarias para vencer los complejos desafíos que enfrenta la nación; el 60,9 por ciento de los médicos en nuestro país en tanto, el 53,2 por ciento integra el parlamento e impulsar con sus aportes el proyecto socialista.
Hemos sido perseverante con el motor de arranque de 1960 que nos legara el Comandante en Jefe: “Y ahora a trabajar, a organizar y a poner en actividad el espíritu creador…para que la mujer cubana, en esta etapa revolucionaria haga desaparecer hasta el último vestigio de discriminación; y tenga, la mujer cubana, por sus virtudes y por sus méritos, el lugar que le corresponde en la historia de la patria.”
Cuando en el mundo se lucha por la visibilización y el reconocimiento de la mujer, ya en Cuba el camino se ha recorrido, librando batallas, derrumbando escollos,estereotipos y subjetividades y asumiendo que siempre es posible ascender por nuevas metas y alcanzar victorias.
Tal desempeño de las cubanas valen el reconocimiento del segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, José Ramón Machado Ventura en el Décimo Congreso de la FMC, al referir: “Son las hijas de un pueblo a los que no le ha faltado los retos difíciles y las agresiones constantes del gobierno de los Estados Unidos.” Asimismo, insistió en que la inclusión de un gran por ciento de las mujeres en cargos de dirección decisorios, no constituyen un regalo, sino que es un derecho ganado.
Las mujeres en Cuba estamos destinadas a ser más, y a ello nos convoca el General de Ejército Raúl Castro al manifestar: “Más que nunca nos hace falta la fuerza y la moral de nuestras mujeres.”
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