A pesar de la Covid-19, Cuba asumió el reto de organizar la 60 Serie Nacional de Béisbol, de ahí la dicha de aplaudir hoy al campeón Granma después de siete meses de ajustes sobre la marcha.
La pandemia rompió moldes establecidos y la relación causa-efecto dejó una temporada de detalles atípicos: ausencia de seguidores en los estadios, cambios en el calendario hasta convertirlo en el más dilatado de la historia y pausas por exámenes positivos al coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, entre otros.
Sin embargo, el complejo panorama nunca amilanó a los organizadores, según relató Ernesto Reinoso, comisionado nacional de la disciplina.
‘Desde el inicio pusimos un gran empeño y aunque existieron situaciones, el pueblo cubano contó con la satisfacción de tener su principal torneo’, expresó Reinoso en entrevista concedida a Prensa Latina.
El 17 de marzo de 2020 Cuba frenó todas sus actividades deportivas, y solo una práctica sobrevivió a la decisión: el béisbol.
Y la voz de ‘play ball’ pudo escucharse finalmente el 12 de septiembre, después de ser postergado a causa de brotes de la enfermedad en el país.
Tras caer la víspera el último out, en el parque José Antonio Huelga de esta ciudad, Reinoso reconoció el esfuerzo de jugadores, entrenadores, organismos y demás involucrados, al advertir que ‘sin ellos nunca hubiese sido posible concluir la competencia’.
Formato ‘burbuja’ para los playoff, eliminación de los refuerzos y estrictos protocolos sanitarios fueron aspectos que matizaron el reglamento ‘sui generis’ de la campaña 2020-2021, que dejó un total de 71 personas contagiadas –entre atletas, entrenadores y miembros de ‘staff’- de ocho planteles.
Tuvimos un protocolo de seguridad desde el día uno y ello fue vital durante esta larga travesía, afirmó a Prensa Latina Francisco Montesinos, jefe de servicios médicos de la Comisión Nacional, quien enalteció la labor realizada en un evento de 16 nóminas y más de mil 700 involucrados.
En cuanto al panorama competitivo, los Alazanes de Granma lograron su tercer título doméstico, tras superar 4-2 a los Cocodrilos de Matanzas en una final que tuvo en el prospecto Guillermo García a su Jugador Más Valioso y al mentor Carlos Martí a un hombre que a sus 72 años lloró de emoción.
García decidió el sexto y último choque ante los matanceros en el mismísimo noveno episodio. Este es el momento más importante de mi carrera y ahora sueño con integrar las filas del principal equipo de Cuba, manifestó.
El tercer puesto terminó en poder de Leñadores de Las Tunas; Indios de Guantánamo ancló en el frío sótano, y la postemporada tuvo el privilegio de observar a tres históricos: Leones de Industriales, Vegueros de Pinar del Río y Avispas de Santiago de Cuba.
Reinoso indicó que se cumplieron los objetivos trazados. Logramos jugar más, ahora con 75 partidos en la fase regular, refirió sobre un tema fundamental en las aspiraciones de la nación caribeña de elevar la calidad del torneo y de sus protagonistas, luego de discretos resultados en citas extranjeras.
A modo de resumen, aseveró que lo principal fue organizar la lid para el deleite del pueblo en un instante difícil para el mundo, desde una óptica más global. Notamos el entusiasmo y las redes sociales brindaron muestras del fervor durante los seis meses y 22 días de la Serie Nacional.
Dentro de una semana Cuba ampliará su preselección para luchar por la clasificación olímpica en el eliminatorio de América, previsto del 31 de mayo al 5 de junio en las ciudades estadounidenses de Port Saint Lucie y West Palm Beach, en Florida.
De acuerdo con Reinoso, la idea es ‘llevar un equipo competitivo’, obtener el único boleto que se pondrá en disputa y de no ser posible, concluir en el segundo o el tercer lugares para asistir a la justa mundial en China Taipei, última oportunidad con acceso a Tokio 2020.
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