Humberto Miguel Fernández, en la memoria siempre

Humberto Miguel Fernández,  fue una de esas personas cuya vida y trayectoria política no pueden olvidarse, nació el 29 de julio de 1935 en el municipio de Rodas y falleció el 8 de octubre de 1999, cuando sólo contaba con 63 años, pero su pueblo lo recuerda agradecido.

Fue mucha la obra en beneficio de Cienfuegos, que acometió desde los diferentes cargos en que se desempeñó, cumpliendo programas y directivas de la Revolución, con su propia iniciativa creadora, entusiasmo inteligente y sensibilidad, logrando la movilización de las masas para cumplir cada tarea.

Conocí a Humberto en  Cienfuegos, donde nos encontramos un tiempo después y nos hicimos grandes amigos  por la coincidencia de tener que trabajar, él como mensajero de una droguería, yo en El Siglo, una tienda que vendía ropa, ubicada en Prado y San Fernando.

Los numerosos jóvenes mensajeros que existían  en Cienfuegos necesitados de ayudar a la precaria economía familiar, formaban  un colectivo de  rebeldes, que se encontraban para comentar sufrimientos y a pensar en tiempos mejores por construir.

De ese grupo de adolescentes, con muy buenas ideas sin pulir, surgieron años después héroes y mártires a la Revolución, muchos cayeron en el levantamiento del pueblo  el 5 de septiembre de 1957; otros, enfrentando a los mercenarios en Playa Girón o en la Lucha contra bandidos.

Humberto, comenzó a estudiar de noche en la Escuela de Comercio para superar el nivel de sexto grado con que llegó  de Rodas, compartió allí las inquietudes del estudiantado, especialmente después del golpe militar de  Batista, que instauró una cruel dictadura.

Su formación política, igual que  la de tantos jóvenes, se inició prácticamente con el desarrollo de la propia vida y la solidaridad hacia los padecimientos de la gente más humilde, la amistad con los hermanos Cabrera, lo iniciaron  en la lucha revolucionaria e ingresa en el Movimiento 26 de Julio y cada día aumentan sus actividades rebeldes.

Después de participar de los hechos del 5 de septiembre, laboró en la reorganización del Movimiento, muy golpeado en su dirección tras las acciones del levantamiento armado.

La represión de los soldados batistianos alcanza a Humberto Miguel, quien es detenido en 1958, golpeado y enviado a la prisión de Santa Clara, cuatro meses después es liberado condicionalmente y continúa la lucha clandestina hasta el triunfo de la Revolución.

Diversas acciones realizadas en el territorio de la antigua provincia de Las Villas hicieron que se vinculara y cumpliera tareas orientadas por  Carlos Rafael Rodríguez y Arnaldo Milian, que se convirtieron para Humberto en escuela en el arte de trabajar con las masas, luchar por la unidad, la concientización del pueblo humilde y poco instruido,  a la vez que se adiestraba en el conocimiento del marxismo-leninismo, gracias a sus lecturas y luego, en las Escuelas Superiores del Partido.

Como no existe nada que impida el amor, Humberto y Teresita Cabrera Barrios contraen matrimonio el 19 de junio de 1959 y de esa unión nacieron Teresita, Galina, Hilda y Humberto, que no recibieron privilegios por ser hijos del dirigente; pero si una adoración sin límites de su padre, con inolvidables momentos de amor y enseñanzas, a pesar de sus muchas ocupaciones para   consolidar una Revolución hostigada y agredida por un enemigo, que aún la odia porque representa un faro de independencia y soberanía en América.

A fines de 1960 Humberto Miguel pasó el curso en  la Escuela de Oficiales de Milicias de Matanzas, participó en operaciones de los Órganos de la Seguridad del Estado, en la Limpia de Bandidos en el Escambray , en  la Lucha Contra Piratas y durante la invasión mercenaria del imperialismo por Playa Girón realiza las misiones que les fueron encomendadas.

A mediados del año 1962, fue designado para presidir la Junta de Coordinación e Inspección (JUCEI) en Cienfuegos, durante la Crisis de Octubre dirige la Defensa Popular, después ocupó diversas responsabilidades políticas, en 1963, organizador del Comité Regional del Partido; más tarde fue su Primer Secretario y miembro del Buró de dicha organización en la provincia de Las Villas, cargos en los que fue confirmado en sucesivos  procesos asamblearios.

En el Segundo Congreso del PCC fue electo miembro del Comité Central y ratificado en el Tercer Congreso, al concretarse en 1976  la nueva división política administrativa,  fue elegido Primer Secretario del Comité Provincial del Partido en Cienfuegos, cargo que ocupó hasta 1991, también en 1976 fue electo Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular Poder .

En ese extenso y fundamental período que va desde  1965, cuando le nombran Primer Secretario de la Región Cienfuegos, hasta el año 1991 cuando cesa sus funciones partidistas, Humberto Miguel Fernández desarrolló una intensa labor que permitió la completa reconstrucción de la agricultura e industria azucarera, la industrialización del territorio que nunca antes tuvo una fábrica importante, priorizándolas; pero también pensando en cada una de las esferas del desarrollo socioeconómico, transformó la vida de esta localidad, como resultado de  su visión en la construcción del Socialismo en las condiciones de Cuba y especialmente del territorio, aprovechando las cualidades físicas y estructurales de Cienfuegos.

Esta consciente de la necesidad de formación de cuadros idóneos, del control sobre estos, su promoción o democión cuando correspondiese, con un estilo de trabajo mediante el cual les enseñaba constantemente la objetividad, el sentido crítico y autocrítico real, la iniciativa, continua superación, y sobre todo, el contacto permanente con la gente.

Porque él con su ejemplo personal  trasmitía enseñanza y exigencia, con la crítica de manera educada aunque muy firme, directa, tajante, sin herir ni ofender, sin gritar, allí en la oficina cerrada, con suavidad aparente en el tono y, a la vez, sin mermar la rigurosidad, no se trataba de apariencia, sino de respeto.

Siempre estuvo muy cerca de su pueblo, no con una vinculación formal y contemplativa, sino  escuchando y actuando en consecuencia, explicando y nunca engañando, fortaleció el papel del Partido y formó cuadros que confiaban  en su dirección

Por eso Humberto Miguel Fernández, aunque falleció el 8 de octubre de 1999, continúa vivo en el recuerdo y agradecimiento de un pueblo que lo reconoce como paradigma para quienes, en sus funciones de cuadros, se propongan hacer realidad los planes de la Revolución

Este 29 de julio, se cumplieron 86 años del nacimiento de un dirigente muy respetado por los cienfuegueros, un hombre al que esta provincia le está muy agradecida por haber sido uno de los luchadores por su desarrollo económico, político y social,  de esos cuya vida y obra al servicio de su pueblo y en defensa de los ideales revolucionarios, no pueden olvidarse, pero mucho menos  sintetizarse en las pocas cuartillas de un trabajo periodístico.

Con este breve acercamiento a la figura de Humberto Miguel Fernández, cumplo con una deuda de hace años, referirme al revolucionario intachable, modesto y honesto a toda prueba, quien fue mi vecino, amigo y compañero en la entonces zona 26 de los CDR del municipio de Cienfuegos.

Publicado Por: Manuel Varela Pérez

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