Hoy, cuando el mundo celebra el Día Internacional de la Igualdad Salarial, el empeño encuentra ante sí serios escollos debido a los estragos generados por la pandemia de Covid-19. Pese a que la jornada se dedica a los esfuerzos constantes por conseguir equidad en materia de remuneración por un trabajo de igual valor, es actualmente el mercado laboral uno de los sectores más maltratados debido a la crisis sanitaria y socioeconómica.
Aun antes de la llegada de la actual amenaza, Naciones Unidas divulgó que a las mujeres, por ejemplo, se les paga un 23 por ciento menos en comparación con los hombres por un desempeño similar.
El Foro Económico Mundial, por su parte, calculó en una centuria el tiempo preciso para cerrar la brecha económica entre los sexos.
Ahora, sin embargo, esa ambición se aleja.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ellas resultan afectadas de manera desproporcionada, y se corre el riesgo de que algunos de los modestos progresos en materia de igualdad de género alcanzados en las últimas décadas se pierdan.
La entidad estimó como muy probable un aumento en relación a las inequidades en el ámbito del trabajo.
Debido al confinamiento que busca hacer frente a la expansión de la Covid-19, y a la falta de cobertura efectiva de seguridad social, el 75 por ciento de los empleados domésticos del mundo, más de 55 millones de personas, corren el riesgo de perder sus ingresos en medio de este contexto, alegó la institución.
Igualmente, destacó, 37 millones de los trabajadores cuyos puestos peligran en este ámbito, son mujeres.
Debido a que muchas de ellas laboran informalmente en trabajos poco calificados, es menos probable que tengan beneficios de desempleo u otras redes de seguridad, y la afectación es mayor para las migrantes, refirió.
Acorde con la Comisión para América Latina y el Caribe (Cepal), si los efectos de la Covid-19 llevan a la pérdida de ingresos del cinco por ciento de la población económicamente activa, significaría que 107 millones de mujeres en la región enfrentarían condiciones paupérrimas.
Otra alerta derivada de la actual coyuntura en relación con el mercado laboral apunta de manera directa a los jóvenes.
A juzgar por una investigación de la OIT, el cierre de las escuelas a causa de la expansión de la Covid-19 podría mermar la capacidad productiva de toda una generación lo que, a su vez, atenta contra las aspiraciones de quienes se insertarán como mano de obra dentro de unos años.
Uno de cada seis jóvenes dejó de trabajar desde el inicio de la pandemia, corren el riesgo de estar en sectores más expuestos a la enfermedad y el 42 por ciento de los que lograron conservar su empleo ven reducidos sus ingresos, alertó además.
‘La pandemia está causando un triple shock en este segmento. No solo está destruyendo su empleo, sino que también está interrumpiendo la educación y la capacitación, y colocando obstáculos importantes en el camino de aquellos que buscan ingresar al mercado laboral o moverse entre empleos’, esclareció el análisis.
De acuerdo con la OIT, al cierre del segundo trimestre se perdió un número notable de horas de trabajo en todo el mundo, lo que equivaldría a 400 millones de empleos de tiempo completo.
Si bien el escenario no puede resultar más desafiante, la celebración del Día Internacional de la Igualdad Salarial llega en un momento crucial.
Cuando en el mundo se debate si aun es válido seguir apostando por las políticas neoliberales en detrimento de estrategias más humanistas, ojalá la jornada consiga sumar conciencias a esa justa lucha.
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