La entrevista en televisión, del escritor y periodista Freddy Moros, es el título, publicado por la Editorial En Vivo, del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), y presentado por su autor en el Instituto Internacional de Periodismo «José Martí».
Freddy Moros es el presidente de la delegación de asesores de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), y miembro ilustre de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Durante varios años desempeñó la función de jefe de información y subdirector del Noticiero Nacional de Televisión (NTV).
Dicha obra, caracterizada —básicamente— por sus indiscutibles valores didácticos y pedagógicos integra los textos para la enseñanza, y trata temas teórico-conceptuales relacionados con la praxis periodística en ese medio masivo de comunicación.
El autor estima que la entrevista es uno de los géneros más difíciles en el ejercicio del periodismo en cualquier medio de prensa, pero mucho más en el contexto audiovisual, donde la imagen desempeña una función primordial.
Ese texto deviene una clase magistral dirigida a profesionales de la prensa y de la palabra hablada, camarógrafos, conductores de revistas, entre otros trabajadores del medio televisivo en particular.
En las páginas de ese «pequeño gran libro», como lo calificaría el multilaureado poeta y escritor Cintio Vitier (1921-2009) se destaca la acuciosa necesidad de que los entrevistadores conozcan los principios y técnicas en que se estructura ese género periodístico, para que puedan desenvolverse con seguridad y profesionalidad ante las cámaras. Acerca del tema y el contenido de la entrevista, estos deben ser interesantes y amenos, ya que —si no cumplen esos requisitos esenciales— el telespectador cambia de canal o apaga el equipo.
Por otra parte, habría que definir qué se entiende como tema: el asunto que se va a tratar en la entrevista, apoyado por un conjunto de indicadores: el aspecto de interés informativo y noticioso, el sentido ético-humanista, actualidad inmediata o mediata, condiciones del lugar en que se desarrollan los hechos o la entrevista, y conocimientos básicos indispensables acerca del entrevistado.
Cuidar esos indicadores contribuye a que preguntas y respuestas resulten más inteligentes, y facilite en el televidente la comprensión del tema tratado. «Es determinante [precisa Moros] lo que se pregunta y cómo se pregunta, así como retirar del contenido lo que sobra, aquello sin preponderancia informativa».
Entre otros aspectos de puntual interés, se insiste en el hecho de que la edición y el montaje influyen de manera decisiva en el contenido, tanto como la previa preparación del entrevistador antes del desempeño de sus funciones.
Por otro lado, el sagaz profesional de la palabra escrita puntualiza: «el realizador debe seleccionar lo mejor [y dejar] fuera lo banal, las respuestas inadecuadas, los ángulos de cámara que no reúnan los requisitos estético [artísticos] necesarios y las frases altisonantes y huecas [que no aportan nada]».
Acerca de la gestualidad y expresiones del entrevistado, ellas evidencian o proyectan sus ideas y estados anímicos (o talante afectivo), particularidades que han sido estudiadas por los sinólogos y los psicólogos, y sobre el particular, precisa que «el gesto comprende la expresión del rostro, el lenguaje de las manos, los brazos, las piernas y otras partes del cuerpo humano»
La televisión no es solo entretenimiento y medio informativo, sino también promotora de la mejor educación y cultura; de ahí que la exigencia y el rigor estén presentes en cada uno de sus espacios, tal y como se aprecia en el libro La entrevista en televisión.
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