A estos tiempos que corren le cabe el imperativo de acabar con el mito de que la esclavitud es algo del pasado o páginas de una historia antigua porque en realidad ese flagelo pervive actualmente de muchas formas diferentes.
En esta era moderna, con derechos humanos reconocidos a nivel mundial, la esclavitud es más variada y terrible y mantiene encadenadas bajo ese régimen a más de 40 millones de personas.
Cuando se vislumbran distantes los 400 años de la práctica deplorable de la trata transatlántica de hombres, mujeres y niños como un ganado para forzarlos a realizar los trabajos más duros y a condiciones de vida infrahumana, es un hecho cierto que hoy se priva de su libertad a las personas mediante amenazas, violencia o coacción, abuso de poder o engaño.
Asimismo, las brechas creadas con los conflictos armados, las cuestiones de gobernabilidad y las desigualdades constituyen algunas de las mayores fuentes para someter a los seres humanos a régimen de servidumbre, trabajo forzoso, las peores formas de trabajo infantil y la trata de mujeres para la explotación sexual y mano de obra barata.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, las prácticas análogas de la esclavitud pueden ser clandestinas lo que hace que sea difícil tener una idea clara de la escala de la esclavitud contemporánea y aún más sancionarla o suprimirla.
No obstante, a nivel internacional se realizan campañas para despertar la conciencia del público acerca de las cuestiones de los derechos humanos y profundizar mediante grupos de trabajo de la ONU en el conocimiento de las formas de esclavitud moderna para poder prevenirla o eliminarla.
Un gran negocio, eso es lo que representa en la actualidad la esclavitud como lo demuestra un Estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) donde se estima que producen ganancias anuales de más de 15 000 millones de dólares, el equivalente a la suma de las ganancias de las 4 empresas más rentables del mundo.
Por otro lado, también los datos del citado organismo refieren que las ganancias anuales por víctimas de trabajo forzoso son mucho más altas en las economías desarrolladas y en la Unión Europea que en ninguna otra parte del mundo.
Cifras dramáticas de la OIT revelan además, que en pleno siglo XXI, 15 millones de personas son obligadas a casarse contra su voluntad, y 25 millones son víctimas del trabajo impuesto.
En este contexto, corresponde entonces, a los gobiernos promulgar y aplicar la legislación para proteger a sus ciudadanos.
Este 23 de agosto se conmemora el día Internacional del recuerdo de la trata de esclavos y su abolición, fecha escogida por el primer levantamiento contra el poderoso sistema esclavista que tuvo como escenario al hoy territorio haitiano en 1791. La efeméride rinde homenaje a las víctimas y a la resistencia contra la esclavitud y a la vez una llamada a la verdad, la justicia y al diálogo entre los pueblos.
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