Este 1 de septiembre se conmemora 18 años del fallecimiento del célebre flautista, compositor y uno de los pilares de la afamada Orquesta Aragón, Ricardo Egües Martínez, «Richard Egües».
El virtuoso músico, nacido el 26 de octubre de 1924 en Cruces, dejó una huella imborrable en la cultura de la Isla con su talento y su capacidad para fusionar ritmos tradicionales.
Realizó estudios de clarinete, el primer instrumento que aprendió, pero debutó musicalmente tocando los platillos, el bombo y los timbales en una banda municipal. Egües se preparó también en el saxofón y el piano; sin embargo, la flauta lo catapultó a la fama.
La trayectoria del artista cubano estuvo marcada por su paso por la legendaria Orquesta Aragón. Su flauta se convirtió en un símbolo del cha-cha-chá y el son cubano. El estilo único y habilidad para improvisar de Egües, lo convirtieron en un referente para los músicos, quienes, a lo largo de décadas, han admirado su técnica, sensibilidad interpretativa y conexión con el público.

Con obras clásicas para oyentes y bailadores, a lo largo y ancho de la Isla, y a través de medio mundo, la Aragón se convirtió en una de las principales orquestas típicas del siglo XX en Cuba. La agrupación adquirió una sonoridad y sello propio. Entre las melodías más memorables, se encuentra su chachachá: “El bodeguero”, con el inolvidable estribillo de “toma chocolate, paga lo que debes”.
Egúes incursionó, además, con mucho éxito en el campo de lo clásico durante el boom del Buena Vista Social Club.
El Premio Nacional de Música 2001 falleció a los 82 años de edad en septiembre de 2006. El maestro de la flauta fue un artista virtuoso que capturó la esencia de nuestra tierra a través de su música. Su legado perdurará en cada interpretación y en el disfrute del público.
