La llama olímpica ha llegado este viernes a suelo japonés a bordo de un avión especial que ha aterrizado en la base militar aérea de Matsushima, en el nordeste del país, donde se ha celebrado una reducida ceremonia de bienvenida debido al nuevo coronavirus.
La antorcha ha llegado al país asiático pasadas las 9:30 hora local (0:30 GMT) tras una modesta ceremonia de traspaso a puerta cerrada en el Estadio Panatinaico de Atenas, en medio de la alerta nacional por la propagación de la COVID-19, que ha generado incertidumbre sobre la celebración según lo previsto de estos Juegos Olímpicos.
La aeronave, un Boeing 787-3 diseñado especialmente para la ocasión, despegó desde la capital griega en la víspera con más de una hora de antelación por los fuertes vientos.
El campeón de judo Tadahiro Nomura y la luchadora Saori Yoshida, ganadora de tres oros olímpicos (Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012), han sido los encargados de subir a recoger la llama, protegida en un candil contra las ráfagas que soplaron durante el acto.
“Estoy muy contenta de que la llama haya llegado segura”, ha dicho Yoshida durante la ceremonia, en la que ha deseado que en este “momento difícil” que vive el mundo por la propagación del patógeno, la llama de Tokio 2020 “les de energía y esperanza”.
Yoshida y Nomura le han entregado el candil al presidente del comité organizador de JJ.OO., Yoshiro Mori, que ha t palabras de ánimo para Europa, inmersa en una crisis sanitaria por el virus, y recordó que el relevo “empezará en Fukushima y recorrerá todo el país”.
Tras el turno de palabra, los campeones encendieron un pebetero con el diseño de la flor del cerezo de la antorcha tokiota instalado en la pista ante un limitado grupo de representantes gubernamentales y de la organización, que incluyó al director general de Tokio 2020, Toshiro Muto, y a la ministra de los JJ.OO., Seiko Hashimoto.
Estaba previsto que un grupo de colegiales asistiera al acto de bienvenida de la llama en la base de Matsushima, donde el acceso era ya de por sí limitado al tratarse de instalaciones militares, pero su participación que fue cancelada como medida de precaución.
Los próximos planes.
Tras el encendido del pebetero, el Blue Impulse, o Escuadrón 11, el grupo de vuelo acrobático de las Fuerzas Aéreas de Autodefensa (ejército) de Japón, dibujó los anillos olímpicos entre las nubes y claros del cielo de este viernes en esa región.
La llama olímpica será expuesta al público durante una semana en varias de las localidades del nordeste nipón más castigadas por el terremoto y el tsunami de 2011, antes de comenzar un relevo de 121 días durante el que el comité organizador ha pedido al público que se abstenga de aglomerarse para verla.
El relevo partirá el próximo 26 de marzo desde el J-Village, unas instalaciones deportivas en la prefectura de Fukushima que servían hasta hace poco como base logística para acceder a la accidentada planta nuclear de Fukushima Daiichi, y recorrerá todo el país antes de la ceremonia de inauguración de la cita el 24 de julio.
Los organizadores de Tokio 2020 han advertido de que la ruta del relevo podría ser alterada por motivos de seguridad.
La llama de Tokio 2020 fue encendida en una ceremonia también a puerta cerrada el 12 de marzo en la ciudad griega de Olimia y tan sólo un día después, el Comité Olímpico heleno suspendió el tramo del relevo en el país para evitar aglomeraciones y contagios del coronavirus SARS-CoV-2 que está afectando seriamente a Europa.
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