La Radio Cubana junto a sus audiencias en el combate a la COVID-19 (+Vídeo)

La radio es un medio de comunicación diferente. Desde su surgimiento, a inicios del pasado siglo, el medio sonoro ha apostado por establecer una relación cercana, de familiaridad dirían algunos, con su audiencia. Más allá de informar, instruir y entretener, el lenguaje sonoro apuesta por la construcción de vínculos de afecto y complicidad con sus públicos, lo que le permite convertirse en una eficaz herramienta para brindar un acompañamiento cercano en emociones, y sin barreras para la distancia.

Sin importar el día ni la hora, encender un aparato vetusto transistor, sintonizar una emisora de FM mediante la aplicación de un móvil o realizar una escucha desde cualquier plataforma de radio online, coloca al oyente ante un universo de sonoridades que conforman la banda sonora de nuestras vidas.

Palabra, música, efectos de sonido y silencios son los elementos que, debidamente empleados, conforman esa nueva (otra) realidad y constituyen la materia prima para la construcción de imágenes sonoras, esas que, a su vez, son la base del lenguaje radiofónico.

Pasados casi 100 años de las primeras transmisiones experimentales de la radio en nuestro país, el medio continúa formando parte indisoluble de la vida de cubanas y cubanos, ofreciendo compañía, información, entretenimiento, instrucción, en fin, llegando a la gente, a decir del comunicólogo canadiense Marshall McLuhan, de forma muy íntima, de tú a tú, ofreciendo “todo un mundo de comunicación silenciosa entre el escritor-locutor y el oyente”.

Es por ello que las siguientes líneas van dedicadas al medio sonoro y a sus profesionales, esos que han puesto en riesgo sus vidas para mantener, al aire, a las voces de la radio. Voces que, en momentos de crisis sanitaria, han apostado por reforzar el vínculo con sus audiencias, estableciendo puentes de afecto y empatía.

Sonidos que acompañan

Muchos califican a la radio como el medio de compañía por antonomasia. En momentos de tensión, de estrés, de riesgos, las sonoridades del medio ayudan a calmar ansiedades, a relajar nuestra mente.

Pero, ¿en dónde radica su poder?

El investigador José Ignacio López Vigil asegura que este “embrujo” nace de la alquimia entre las voces de la radio (palabras, música, efectos de sonido y silencio), las que son capaces de transmitir todas las emociones posibles y construir imágenes sonoras perdurables en la mente de quién las escucha. No obstante es la magia de las palabras, es la que dirige este proceso, ya que “un amor sin palabras sería muy difícil. Un amor de imágenes sin sonidos, sin palabras, sería muy limitado”.

Aun así el acompañamiento de la radio no es solo la sensualidad de la voz humana, apunta López Vigil. Un peso importante en el proceso lo lleva la información, “el conocer qué está pasando, el denunciar lo que está pasando. Es ese Periodismo de intermediación que acompaña a las audiencias censuradas, silenciadas”.

Acompáñame a estar solo

En tiempos marcados por las medidas de distanciamiento físico, el medio sonoro apuesta por establecer herramientas que permitan la constante interacción con sus audiencias. Hacer que los públicos se sientan parte del proceso de la comunicación, provocarlos a que participen, a que se conviertan en integrantes del equipo de su programa favorito desde la comodidad de sus casas.

Digamos que la radio es la enemiga natural de los silencios prolongados, por qué no serlo también de la soledad. La psicóloga cubana Jany Bárcenas Alfonso, explica, en la siguiente entrevista, algunas herramientas empleadas por el medio sonoro para desafiar a la soledad:

Por su parte el profesor cubano José Ramón Vidal comenta que, desde hace más de siete décadas, en los años 40 del pasado siglo, investigaciones relativas a la Teoría de la Comunicación, hablaron por vez primera la capacidad del medio sonoro como herramienta para el acompañamiento a los públicos.

Tras varios estudios, apunta el reconocido investigador, “se identificó con claridad, como una de las funciones de la radio, la de servir de compañía a su audiencia lo que generaba en ellos una importante gratificación”.

Acompáñame a estar solo

No obstante, explica Vidal, el lenguaje sonoro no es un sustituto completo a los contactos interpersonales. Es cierto que “ayuda a sortear la sensación de vacío y abandono que produce la soledad, que puede ser física pero también puede ser un estado psicológico”, pero nunca podrá igualar a las gratificaciones de la comunicación cercana, directa y personal entre los seres humanos, la misma que hoy se ve afectada por la enfermedad.

Ante la COVID-19 nuestra radio se transforma

Aislamiento, toque de queda, mascarillas, hipoclorito de sodio, son palabras que, por repetidas se volvieron cotidianas. Comunicar, a través de la radio, la crisis sanitaria derivada de la COVID-19 fue un reto mayúsculo para los profesionales del medio sonoro.

Ver transformadas sus rutinas laborales y productivas a causa de la enfermedad provocó incertidumbres, temores, riesgos, pero también le dio a los hacedores de la radio, la posibilidad de reinventarse, de asumir nuevas competencias, de comprobar que, aún en las más complejas circunstancias, los sonidos no se silencian.

Durante casi 100 años la radio en Cuba ha sido testigo de momentos cruciales en la vida política, económica y social de la nación. Sus profesionales han dado cobertura a conflictos bélicos, azotes de fenómenos meteorológicos, momentos de tensiones políticas y crisis económicas, en fin, pareciera que toda contingencia posible ha sido contada a través de este medio, pero el 2020 demostró que había algo que se escapaba de su larga hoja de servicios.

El surgimiento y propagación de la COVID-19 tomó por sorpresa a la humanidad, la que presenció atónita como su cotidianidad se veía afectada por un virus microscópico, el que puso en jaque a la economía mundial. En nuestro país la situación no fue diferente, y aunque existió una etapa de preparación de todo el sistema de salud cubano previo a la confirmación de los primeros casos, lo cierto es que la realidad demostró, a la larga, las complejidades propias de asumir el combate contra un enemigo invisible y casi desconocido.

Por su parte el Sistema de la Radio Cubana articuló una serie de acciones con el objetivo de garantizar la vitalidad de sus 100 emisoras, y ofrecer un servicio de información, entretenimiento y compañía a sus públicos, sin dejar de lado la necesidad de fomentar la necesaria percepción de riesgo.

Acompáñame a estar solo

En este nuevo contexto el medio se vio obligado a reinventarse, y poner a dialogar, a través de sus ondas, a diferentes sectores de la ciencia cubana, con el objetivo de aprender, a la par de su audiencia, nuevos mecanismos que le permitieran hacer frente al nuevo reto impuesto por la enfermedad.

La radio dio voz a epidemiólogos, bioestadísticos, matemáticos, psicólogos, microbiólogos, personal médico y de enfermería, entre otras profesiones, para que explicaran todo lo relativo al virus del SARS-CoV-2. Acciones que posibilitaron la formación de un conocimiento compartido, construido desde la relación estrecha con diferentes áreas del saber, y que tuvo al medio sonoro como vía para su divulgación.

Mientras tanto, desde las emisoras provinciales y municipales se hizo énfasis en la producción de contenidos que pusieran a la orientación psicosocial y la satisfacción de otras necesidades de las audiencias en el centro de la programación radial.

Lo invitamos a interactuar con el siguiente mapa para que conozca, en palabras de los profesionales de la Radio Cubana, sobre algunas iniciativas puestas en práctica desde cinco provincias del país: https://view.genial.ly/617588a7a9cbae0d13ef5405

Más del 70% de las horas de transmisión de la Radio Cubana fueron protagonistas de un proceso de cambios, con el fin de reforzar la capacidad del medio para asumir una propuesta que mantuviera a los públicos informados, entretenidos y acompañados.

Esas transformaciones apostaron también por incorporar a las parrillas de programación de las diferentes emisoras, la tan necesaria interacción con la audiencia. La que, tal vez como nunca antes, estaba carente de contactos físicos y encontró en la radio una forma de diálogo y complicidad.

Asumir estrategias para reforzar los vínculos de empatía que establecen las voces del medio sonoro con sus públicos, permitió brindar apoyo emocional, responder dudas o servir de vaso comunicante entre la ciudadanía y las autoridades.

La contingencia epidemiológica derivada de la COVID-19 puso en evidencia, una vez más, la capacidad de resiliencia de la Radio Cubana y sus trabajadores, los que enfrentaron la enfermedad, asumiendo nuevos modos de hacer.

El distanciamiento físico, el aislamiento domiciliario y las restricciones de movimiento fueron, durante más de un año, la compleja realidad asociada a la vida en pandemia. Fue en este contexto en el que la radio supo imponerse nuevamente como esa voz que, en momentos difíciles, informa, entretiene y, sobre todo, acompaña a las audiencias.

El virus del SARS-CoV-2 nos intimidó con su capacidad de contagio, con sus síntomas, con sus secuelas, obligó a los seres humanos a pausar sus metas, sus sueños, nos convirtió en prisioneros de ciudades con calles vacías y silenciosas, o, mejor dicho, aparentemente silenciosas, pues las voces de la radio permanecieron al aire, llevando a sus públicos un mensaje de sosiego, y optimismo.

Publicado Por: Radio Rebelde

Emisora de radio cubana fundada el 24 de febrero de 1958, por el comandante cubano-argentino Ernesto Che Guevara. Publica informaciones de Cuba, del mundo, culturales, deportivas, científicas y muchas otras secciones de interés.

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