A diferencia de hace cuatro años, Lisandra Ordaz no tuvo que viajar largas horas para recibir la felicitación de los suyos. Tras la movida final en el Campeonato Nacional Femenino de Ajedrez de Pinar del Río 2024, le aguardaba el abrazo de familiares, amigos y seguidores, quienes celebraron in situ su segunda coronación.
La vueltabajera ascendió al trono de forma espectacular, remontando diferencias en la última ronda antes de rematar la faena con un sólido desempeño en los duelos de desempate. Así confirmó que sigue siendo una de las mejores jugadoras cubanas del momento.
«Resultó gratificante lograr el título en mi provincia y agradezco todas las muestras de apoyo de la afición, amigos y familiares», confesó a JIT pasada la lógica “marea” de felicitaciones por repetir el reinado que consiguió en la edición de Holguín 2020.
«Quiero además reconocer a los organizadores del torneo, en especial al comisionado provincial de ajedrez Janoys Díaz y a la dirección del Inder, por asumir todos los retos que conlleva una competencia de carácter nacional», agregó feliz por lo vivido durante los últimos 10 días.
Sobre su preparación confesó que estuvo bien estructurada en intensidad y tiempo. «Me entrené durante meses para el evento, trabajando en temas estratégicos, muy importantes para un certamen de este tipo y obtuve la mejor recompensa», precisó.
Ordaz, con 35 años de edad, aparece como la única cubana con título de Maestro Internacional de Ajedrez sin distinción de sexo. Cuenta además con el certificado de gran maestra entre mujeres y la capacidad de haber llevado su Elo a un tope de 2 mil 415 puntos, entre los meses de enero y octubre de 2018, datos que ilustran su nivel y constancia.
Su carrera comenzó a destacar con los cetros conquistados en lides nacionales de las categorías escolares y juveniles. La pasión que siente por el Juego Ciencia la ha enfocado también en la promoción de este deporte entre los niños, tiempo que ha compartido con los estudios para graduarse como Máster en Metodología del Entrenamiento Deportivo.
En el recién concluido certamen completó cinco triunfos e igual número de tablas para terminar en la cima de la tabla, empatada con la santiaguera de 19 años de de edad, Leannet Bosch. Frente a ella necesitó desplegar toda su maestría.
«El evento se caracterizó por una mezcla generacional. Dio gusto ver a tantas chicas jóvenes, el relevo está asegurado», admitió satisfecha.
A su felicidad por el cetro sumó la tranquilidad por reservar cupo en el equipo femenino que asistirá a la Olimpiada de Ajedrez de Budapest 2024, aunque se daba por segura su inclusión.
La nueva reina del ajedrez en Cuba sabe que el camino recorrido lleva la impronta de muchos, a quienes se resiste olvidar, todavía más en medio de la alegría.
«No quiero despedirme sin agradecer nuevamente a todas las personas que hicieron posible este resultado, en especial a mi entrenador de toda la vida y segundo padre, José Manuel Cruz Lima. Siempre lo tendré presente», concluyó emocionada, pues falleció el pasado año.
Like (0)